La importancia de los perros en la cosmovisión prehispánica
Desde tiempos antiguos, los pueblos mesoamericanos establecieron un vínculo espiritual entre los perros y la muerte. Entre los mexicas, el concepto del Mictlán, el inframundo, describe un viaje de nueve niveles que las almas debían recorrer. Xólotl, dios gemelo de Quetzalcóatl, guiaba a los difuntos en su tránsito hacia el más allá y su animal asociado, el xoloitzcuintle, servía como guía fiel de las almas, asegurando que cruzaran el río del inframundo. La presencia del perro como psicopompo, figura que acompaña y protege el alma, es un símbolo que perdura hasta hoy en la tradición del Día de Muertos.
El papel de los perros en la tradición maya y del occidente de México
Entre los mayas, el inframundo conocido como Xibalbá estaba lleno de peligros y desafíos. Los perros aparecían en la iconografía como guías espirituales que transportaban a los dioses y a las almas a través de ríos y caminos del más allá, mostrando el papel protector y mediador de estos animales en el ciclo de vida y muerte. En el occidente de México, culturas como Ortices, Comala y Colima incluyeron figuras de perros en las tumbas y ofrendas, representados con gran naturalismo y movimiento, destacando la estrecha relación entre humanos y perros en la vida y la muerte.
De la antigüedad a los altares modernos
Hoy en México, el 27 de octubre se coloca un altar especial para rendir homenaje a los perros y otras mascotas fallecidas, como preludio de la celebración del Día de Muertos. Familias como la de la periodista Mónica Mateos colocan fotos, cofres con los nombres de los animales y figuras estilo catrina adaptadas a perros y gatos, mostrando que el vínculo afectivo entre humanos y lomitos trasciende la vida y se mantiene vivo en la memoria.
Xoloitzcuintles gigantes y ofrendas públicas
En lugares emblemáticos como el Zócalo de la Ciudad de México, se han instalado mega ofrendas que incluyen enormes figuras de xoloitzcuintles de hasta cuatro metros de altura, recordando la presencia histórica y simbólica de los perros en la cultura mexicana. Estas ofrendas públicas unen tradición, arte y espiritualidad, y permiten que tanto locales como visitantes comprendan la importancia de los perros en el ciclo de la vida y la muerte.
La conexión emocional y espiritual que perdura
Los perros han sido compañeros de vida y guías del alma desde las culturas prehispánicas hasta los altares modernos. Su presencia en las ofrendas demuestra cómo la memoria, el afecto y la espiritualidad se entrelazan en la tradición mexicana. Los lomitos no son solo animales que vivieron con nosotros, sino seres cuya influencia atraviesa generaciones, consolidándose como guardianes de recuerdos y símbolos de lealtad eterna.


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