domingo, diciembre 21, 2025

Nueva molécula IL-17A podría ser clave para el metabolismo y la obesidad

Nueva molécula IL-17A: clave para regular el metabolismo y prevenir la obesidad

En un descubrimiento innovador, científicos del Trinity College Dublin han revelado que la molécula IL-17A, presente en el tejido adiposo, juega un papel clave en la regulación del metabolismo y el almacenamiento de grasa. Este hallazgo, publicado en la revista científica Nature, podría revolucionar nuestra comprensión del metabolismo y ofrecer nuevas esperanzas en la prevención y tratamiento de la obesidad.

La conexión entre ritmos circadianos y metabolismo: ¿Cómo influye la IL-17A?

Los ritmos circadianos, el «reloj biológico» que ajusta los procesos internos del cuerpo al ciclo de 24 horas, son responsables de regular funciones como el sueño y la digestión, pero su impacto va mucho más allá. Ahora sabemos que también influyen en la regulación del tejido adiposo, donde se almacena la energía en forma de grasa. Este reciente estudio ha identificado que la molécula IL-17A sigue un patrón circadiano, es decir, que su producción varía en función de la hora del día, lo cual resulta crucial para mantener un equilibrio saludable en el cuerpo.

Liderado por la profesora Lydia Lynch, el equipo encontró que la IL-17A, producida por células inmunitarias específicas en el tejido adiposo, está directamente vinculada con la capacidad del cuerpo para almacenar grasa y regular la temperatura. En otras palabras, este mecanismo natural ayuda a que el organismo procese adecuadamente sus reservas energéticas, optimizando así el metabolismo. Este hallazgo es particularmente relevante para personas con rutinas irregulares, como quienes trabajan en turnos nocturnos o en horarios rotativos, pues sus ciclos circadianos suelen estar alterados y esto podría afectar su metabolismo.

¿Por qué la IL-17A es tan importante para el metabolismo?

La molécula IL-17A es un tipo de citoquina, o proteína de señalización, que se produce en las células T γδ del tejido adiposo. Esta molécula no solo interviene en la defensa inmunológica, sino que también ayuda a regular el almacenamiento de energía. Para comprender cómo se integra en el ciclo circadiano, los investigadores observaron que su producción sigue un patrón que coincide con el momento en que el cuerpo almacena energía, como sucede en la noche en el caso de los ratones.

Los experimentos demostraron que, al eliminar los genes del reloj circadiano en las células que producen IL-17A, se produce un desajuste en el metabolismo de los ratones, afectando su capacidad para almacenar y procesar grasa adecuadamente. Esto significa que la IL-17A no solo actúa como una guardiana del sistema inmunitario, sino que también es una pieza fundamental en la maquinaria metabólica del cuerpo.

La relación entre el sistema inmune y los ritmos circadianos

Para Lynch y su equipo, este estudio resalta la compleja relación entre los ritmos circadianos y la función inmunológica. Las células inmunitarias del tejido adiposo, especialmente las T γδ productoras de IL-17A, expresan genes del reloj molecular, lo que les permite sincronizarse con los ciclos de actividad y descanso. Así, el tejido adiposo puede regular el metabolismo y mantener la temperatura corporal de manera eficiente.

En palabras de Lynch: «Nuestro descubrimiento de que una molécula inmune en el tejido adiposo regula el almacenamiento de grasa es especialmente significativo, ya que abre nuevas vías para tratar la obesidad y otros trastornos metabólicos.» La importancia de esta sincronización es tal que una alteración en el ritmo circadiano puede desencadenar problemas como obesidad o caquexia, una condición caracterizada por la pérdida extrema de peso y masa muscular.

Aplicaciones potenciales del descubrimiento de la IL-17A

Este descubrimiento sugiere que la regulación de la IL-17A podría ofrecer una estrategia terapéutica para trastornos metabólicos comunes como la obesidad. Actualmente, los tratamientos de obesidad se enfocan en controlar el apetito o aumentar el gasto energético, pero la modulación de la IL-17A abriría una vía completamente distinta, ayudando a optimizar el metabolismo a nivel celular.

La importancia de este avance es especialmente relevante en personas que, debido a sus horarios laborales o estilo de vida, experimentan alteraciones en sus ciclos circadianos. El control de la IL-17A podría, en teoría, protegerlos de desarrollar condiciones como obesidad o diabetes tipo 2. Sin embargo, aún es necesario investigar a fondo los efectos secundarios de manipular esta molécula antes de que puedan diseñarse tratamientos específicos.

Nuevas vías de investigación: ¿Qué sigue?

Aunque los resultados iniciales son prometedores, los investigadores ven este hallazgo como el inicio de una serie de estudios que exploren cómo la IL-17A y los ritmos circadianos se relacionan en otros tejidos y sistemas del cuerpo. Como destacó Aaron Douglas, investigador en el Trinity Biomedical Sciences Institute: «Una pregunta clave es si las células T ayudan a regular los ritmos circadianos en otros tejidos y cómo estos procesos impactan el bienestar general.»

La investigación de la IL-17A abre puertas no solo en el campo del metabolismo y la obesidad, sino también en el tratamiento de enfermedades inflamatorias y neurodegenerativas, donde la regulación inmunológica y el metabolismo juegan roles clave. En definitiva, este descubrimiento marca un paso adelante en la comprensión de cómo el cuerpo gestiona su energía y cómo podríamos intervenir en esos procesos para mejorar la salud.

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