Con la llegada del invierno, elegir los tejidos adecuados se vuelve clave para conservar el calor y mantener la comodidad. La lana encabeza la lista de materiales más eficientes, gracias a su capacidad de aislar el calor y absorber la humedad. Aunque puede resultar áspera para algunas personas, se puede combinar con una capa interior de algodón para mayor confort.
La franela, por su parte, destaca por su textura suave y su versatilidad. Se utiliza en camisas, pijamas y sábanas, ya que conserva el calor sin ser demasiado pesada. En tanto, la pana ofrece durabilidad y abrigo, ideal para pantalones y chaquetas que resisten el desgaste y los cambios de temperatura.
Los materiales sintéticos, como el forro polar, el poliéster y el nylon, también son grandes aliados contra el frío. El forro polar imita la lana, pero es más ligero y fácil de mantener; el nylon, por su parte, es excelente para prendas térmicas que mantienen el calor sin añadir volumen.
Cómo vestirse para conservar el calor
La clave para mantener la temperatura corporal es vestirse en capas. La primera debe ser transpirable y ajustada al cuerpo, elaborada con algodón o nylon para mantener la piel seca. La segunda capa debe conservar el calor, por lo que se recomiendan tejidos como lana, franela o polar. La tercera capa debe ser impermeable y resistente al viento, como abrigos o chamarras de plumas.
En climas húmedos, las prendas impermeables resultan esenciales para repeler el agua y el viento. Sin embargo, se recomienda combinarlas con capas internas que permitan la ventilación, evitando la acumulación de humedad.


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