Cuando Laura notó que su hija Sofía de 6 años tenía dificultades para atrapar una pelota o mantener el equilibrio en juegos de grupo, pensó que tal vez solo necesitaba más práctica. Lo que no sabía es que un nuevo estudio científico respaldaría su intuición: el juego al aire libre y la participación en múltiples deportes son clave en el desarrollo motor infantil.
¿Qué dice el estudio sobre el juego y las habilidades motrices?
Una investigación publicada en el Journal of Sports Sciences y realizada en Finlandia siguió a más de 600 niños entre los 3 y 8 años durante un período de tres años. Los resultados fueron reveladores: los niños que pasaban más tiempo jugando al aire libre o que practicaban más de un deporte desarrollaban mejores habilidades motoras a medida que crecían.
Estas habilidades incluyen coordinación mano-ojo, equilibrio, control corporal y fuerza básica. Los investigadores encontraron que incluso tan solo 30 minutos de juego al aire libre después de la guardería pueden marcar una gran diferencia.
¿Por qué importa el juego no estructurado?
Lo interesante del estudio es que no solo se enfocó en deportes organizados. El juego libre —aquel que surge espontáneamente en parques, patios o jardines— también fue asociado con un mejor desempeño en tareas motrices como saltar de lado, lanzar objetos o correr con fluidez.
Para Nanne-Mari Luukkainen, investigadora de la Universidad de Jyvaskyla, esto subraya la necesidad de balancear actividades dirigidas con libertad para explorar el movimiento. “Ambos tipos de actividades físicas —organizadas y no organizadas— son importantes para el desarrollo holístico del niño”, señaló.
¿Qué deportes benefician más a los niños?
Los niños que practicaban dos o más deportes, como fútbol y natación o gimnasia y ciclismo, mostraban una mayor capacidad para adaptarse a distintos tipos de movimientos. Este tipo de diversidad estimula múltiples sistemas musculares y cerebrales, facilitando una coordinación más integrada.
Curiosamente, los beneficios fueron aún más notorios en las niñas. Los investigadores creen que esto se debe a que los niños, en general, ya tienden a ser más activos, mientras que las niñas pueden beneficiarse más visiblemente cuando se les brinda oportunidades estructuradas y libres para moverse.
¿Cómo fomentar el desarrollo motor desde casa?
- Crea espacios seguros al aire libre donde los niños puedan correr, trepar, saltar o lanzar objetos.
- Fomenta la variedad deportiva, probando disciplinas como artes marciales, danza, balonmano o atletismo.
- Limita el tiempo frente a pantallas, sobre todo en las tardes, y reemplázalo por caminatas o juegos al aire libre.
- Involúcrate: juega con ellos, arma pistas de obstáculos caseras o salgan juntos en bicicleta.
Así como Laura vio cómo Sofía mejoraba su equilibrio tras unas semanas jugando más en el parque y probando clases de natación, este estudio confirma algo que muchos padres y educadores sospechan: moverse no solo es diversión, sino desarrollo.
Fomentar el juego libre y la participación en diversos deportes es una de las decisiones más valiosas para el crecimiento físico, cognitivo y emocional de un niño. Porque al final, un niño que juega también aprende a moverse por la vida con más confianza.
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