Mtro. Rafael Estrada Cano, analista Político
Cuestionemos los “falsos positivos” en los algoritmos del ecosistema de software que pretenden desregular a la “persona humana”, para implantar la “conciencia IA” y sus diversos adware en los hardware por venir.
El transhumanismo o h+, es un movimiento intelectual que cuestiona los límites naturales de la humanidad y promueve diferentes maneras de superarlos por medio de la tecnología. Max Tegmark, profesor de Física en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, divide el desarrollo de la vida en tres fases a partir de su capacidad de autodiseño: la fase biológica, cuyo hardware y software son fruto de la evolución, por ejemplo las bacterias surgidas hace unos 4 mil millones de años; la fase cultural de la especie humana, cuyo hardware es fruto de la evolución pero que pudo diseñar parte de su software; y la fase tecnológica, surgida a fines del Siglo XX, que será capaz de diseñar tanto su hardware como su software. Esa tipología ya encierra los tres elementos distintivos del transhumanismo: la comprensión del ser vivo como un dispositivo, la superación tecnológica del ser humano y la autodeterminación total del sujeto.
El premiado periodista irlandés Mark O’Connell, define el transhumanismo como un movimiento de liberación de la naturaleza, ya que no es sagrada, sino que es un deber transformarla, empezando por el genoma humano, para garantizarnos mejor vida y máximo desarrollo. Para el filósofo Andy Clark, el individuo es espontáneamente capaz de incorporar prótesis que lo mejoren, comenzando por el lenguaje, la primera tecnología incorporada a la naturaleza humana.
Para el médico francés Laurent Alexandre, es casi una cuestión de supervivencia: al debilitarse la selección natural, el deterioro de nuestro genoma afectará particularmente nuestro sistema nervioso central y nuestro cableado neuronal, por esta razón, la “tecnomedicina” que se anuncia ya no es una opción, sino una auténtica necesidad.
Ese “antinaturalismo” implica pasar de una concepción terapéutica de la medicina a otra mejorativa para ampliar sus funciones desde la corrección celular mediante nanotecnologías hasta la búsqueda de inmortalidad, pasando por la eugenesia; a diferencia de la “eugenesia» del Siglo XX, la “eugenesia democrática” que propone el transhumanismo no sería eliminativa, sino mejorativa; no sería discriminatoria, sino que extendería la igualdad legal y social a la genética; no sería estatal, sino individual: los padres elegirían el diseño genético de sus hijos.
Desde la teoría de los humores de la antigüedad hasta el mecanicismo moderno, hay una propensión de las sociedades a explicarse a sí mismas a través de la tecnología más avanzada de cada época; hoy ese lugar lo ocupa la informática: el quantified self -yo cuantificado- transhumanista considera el ser como algo reducible a un conjunto de datos que pueden interpretarse e incluso revertirse mediante el biohacking. En este sentido, para Luc Ferry el transhumanismo no solo incurre en el determinismo no falsable de todos los materialismos, sino que forma parte del “solucionismo tecnológico” de la época.
Primer round
En noviembre de 2018, el científico chino He Jiankui anunció en Hong Kong que había editado genéticamente a dos gemelas para inmunizarlas contra el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). El experimento no había sido publicado por ninguna revista especializada ni autorizado por la Universidad de Shenzhen, en la que He investigaba. La comunidad científica reprobó en bloque la práctica y el gobierno chino condenó a He, que estuvo desaparecido unos meses y hoy se sospecha que cumple arresto domiciliario sin cargos en su oficina de Shenzhen.
La edición génica es una manipulación genética en la que el ADN genómico de un organismo vivo se selecciona, inserta, sustituye o modifica. La edición génica se dirige a un sitio específico para crear cortes en el ADN por medio de diversas técnicas y no siempre implica mecanismos de reparación. Consta de dos técnicas: inactivación y corrección. Actualmente, el biólogo molecular ruso Denis Rebrivok ya pidió autorización a tres agencias científicas para repetir el experimento de He.
Hay tres tipos de clonación artificial: clonación génica, produce copias de genes o segmentos de ADN; clonación reproductiva, produce copias de animales enteros; y clonación terapéutica, produce células madre embrionarias para experimentos dirigidos a crear tejidos para reemplazar tejidos lesionados o afectados.
Segundo round
Apenas este 24 de junio, el cineasta y comunicador científico Hashem Al-Ghaili ha revolucionado el debate sobre la justicia penal al presentar su concepto de prisión futurista. En sus redes sociales presentó a “Cognify” como una propuesta donde los reos podrían cumplir sus condenas en minutos, mediante la implantación de recuerdos artificiales generados en tiempo real por IA, «dependiendo de la gravedad del delito y de la condena, los recuerdos podrían adaptarse a las necesidades de rehabilitación de cada recluso. El preso puede elegir entre pasar decenas de años en una celda o rehabilitarse por la vía rápida mediante la implantación artificial de recuerdos”.
Tercer round
El 30 de enero la empresa Neuralink de Elon Musk -promotor principal de lucha por el futuro de la inteligencia artificial (IA)-, confirmó que por primera vez en la humanidad, se ha implantado con éxito uno de sus chips cerebrales inalámbricos en un ser humano.
El 12 de noviembre, se anunció que Musk estará al frente del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) cuya misión será reducir la burocracia, eliminar regulaciones innecesarias, reestructurar las agencias federales, y reducir 2 billones de dólares en gasto federal por “desperdicio gubernamental”.
Conclusión Biopolítica

El transhumanismo colisiona los dos principios del capitalismo -individuo y autosuperación- ya que para superarnos quizás debamos dejar de ser individuos.
Chip de Gálatas 5:16-23… para la élite global y las clases políticas nacionales, y sin duda… otro mundo será posible.


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