Dos ingredientes que casi siempre están en la alacena de cualquier casa son el bicarbonato de sodio y el azúcar. A simple vista podrían parecer productos sin relación, pero en el mundo de la repostería se convierten en aliados para lograr postres más esponjosos, ligeros y llenos de sabor. En La Verdad Noticias te contamos el secreto detrás de esta famosa y sencilla mezcla.
¿Qué pasa si mezclas bicarbonato de sodio con azúcar?
En repostería existen los llamados agentes leudantes, sustancias y técnicas que ayudan a que panes, bizcochos y galletas crezcan y tengan una textura aireada. Dentro de ellos se encuentra el bicarbonato de sodio, un compuesto que libera gases al reaccionar con ingredientes ácidos como yogur, jugo de limón o vinagre.
El azúcar, además de aportar dulzor, juega un papel fundamental, ya que sirve como alimento de la levadura en masas fermentadas y, en combinación con el bicarbonato, influye en el pH de la mezcla, controla la velocidad de la reacción y garantiza que el dióxido de carbono se libere en el momento justo durante la cocción.
El bicarbonato de sodio en los postres
De acuerdo con portales especializados como MasterClass y Cocinista, el bicarbonato es ideal para galletas y bizcochos porque su sabor es más neutro que otros leudantes. Además, al interactuar con ácidos, genera las burbujas de aire responsables de que los productos horneados se expandan.
En la práctica, muchas levaduras químicas del mercado no son otra cosa que mezclas de bicarbonato de sodio con un ácido (como el crémor tártaro), lo que explica por qué es tan común en recetas caseras y profesionales.
¿Por qué el azúcar potencia la reacción?
El chef argentino Osvaldo Gross explica en su libro del azúcar que este ingrediente es mucho más que un endulzante: interviene directamente en los procesos de fermentación y reacción química.
Al combinarlo con el bicarbonato, el azúcar:
- Proporciona energía para que la reacción se active.
- Crea un ambiente adecuado para que se libere dióxido de carbono.
- Permite que la expansión de las masas ocurra en el momento justo, evitando que colapsen.
De hecho, recetas virales como el dalgona, el caramelo coreano popularizado en redes sociales, demuestran cómo el azúcar y el bicarbonato pueden transformar algo tan simple en un postre espectacular.


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