Una de las historias de conservación más extraordinarias de Norteamérica celebra un nuevo hito. El lobo gris mexicano, que fue reducido a solo siete individuos, ha alcanzado una población mínima de 286 ejemplares en la naturaleza, marcando nueve años de crecimiento continuo.
En un mundo lleno de noticias sobre especies en declive, la historia del lobo gris mexicano (Canis lupus baileyi) resuena como un poderoso aullido de esperanza. El censo de 2024 ha revelado que la población de esta subespecie en la zona de recuperación de Estados Unidos ha alcanzado un mínimo histórico de 286 individuos, distribuidos entre Arizona y Nuevo México. Este es el noveno año consecutivo de crecimiento, un logro monumental para un animal que fue llevado al borde de la extinción.
Este éxito no es producto del azar, sino de décadas de esfuerzos de conservación binacionales y estrategias científicas innovadoras que han permitido el regreso de uno de los mamíferos más emblemáticos de México.
Al borde del abismo: La historia de cómo casi perdimos al ‘lobo’
A mediados del siglo XX, el lobo mexicano fue víctima de una campaña de erradicación sistemática en Estados Unidos y México, impulsada por conflictos con la ganadería. Entre 1915 y 1972, programas gubernamentales utilizaron veneno y trampas para eliminar a casi todos los ejemplares en estado salvaje.
La especie fue declarada funcionalmente extinta en la naturaleza. La salvación llegó de la mano de un puñado de individuos. Toda la población actual, tanto en cautiverio como en libertad, desciende de solo siete lobos fundadores capturados entre 1977 y 1980. Este cuello de botella genético representa uno de los mayores desafíos para su recuperación a largo plazo.
¿Cómo se logró el milagro? Las claves de la recuperación
El camino de regreso comenzó en 1998, cuando los primeros lobos criados en cautiverio fueron liberados en Arizona, gracias a los esfuerzos del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU. y sus socios. En México, la reintroducción comenzó en 2011, liderada por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
Una de las técnicas más exitosas ha sido el «fostering» o adopción de cachorros. Consiste en colocar crías nacidas en cautiverio, seleccionadas por su valor genético, en madrigueras de manadas salvajes. Estas crías son criadas por los lobos salvajes como si fueran propias. Hasta la fecha, al menos 20 de estos cachorros «adoptados» han sobrevivido hasta la edad reproductiva y han tenido sus propias camadas, inyectando una diversidad genética vital en la población silvestre.
* «Al evaluar los esfuerzos de recuperación del lobo mexicano, examinar los datos de la última década ciertamente proporciona la confianza de que se logrará la recuperación». – Stewart Liley, Jefe de Vida Silvestre del Departamento de Caza y Pesca de Nuevo México.
El censo 2024 en números
El último conteo, realizado por un equipo interinstitucional, ofrece una fotografía detallada de una población en crecimiento:
* Población total (EE.UU.): Mínimo 286 lobos.
* Distribución: 162 en Nuevo México y 124 en Arizona.
* Manadas: Al menos 60 manadas documentadas (37 en NM, 23 en AZ).
* Cachorros: 164 cachorros nacieron en 2024, de los cuales 79 sobrevivieron hasta fin de año (tasa de supervivencia del 48%).
El papel de México: Un esfuerzo compartido
La recuperación del lobo mexicano es un esfuerzo binacional. Mientras la población en EE.UU. crece, México trabaja para establecer su propia población viable. Desde 2011, la CONANP ha realizado múltiples liberaciones en los estados de Chihuahua y Sonora.
En 2022, se estimaba que la población en México era de aproximadamente 45 ejemplares silvestres, con 14 camadas nacidas en libertad desde 2014. Estas manadas, como la «Manada del Arroyo» y la «Manada del Gavilán», son cruciales para restaurar el rango histórico del lobo y asegurar su futuro a ambos lados de la frontera.
El regreso del aullido del lobo a las montañas de México y el suroeste de Estados Unidos es un testimonio de la resiliencia de la naturaleza y del poder de la colaboración y la ciencia dedicadas a la conservación.
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