Doce muertos dejan seis años de guerra legal por La Cruz Azul
La historia reciente de la Cooperativa La Cruz Azul ha pasado de los juzgados a los cementerios. Lo que comenzó como una pugna administrativa por el control de una de las cementeras más emblemáticas de México, se ha convertido en una tragedia con al menos 12 muertos, abogados encarcelados, órdenes de aprehensión y una guerra sin tregua entre dos bandos que parecen incapaces de alcanzar la paz.
El inicio de una guerra interna
En 2019, Guillermo “Billy” Álvarez fue destituido tras casi 40 años al frente de la cooperativa. Su salida marcó el inicio de una disputa feroz entre los grupos encabezados por Víctor Manuel Velázquez Rangel, actual presidente del Consejo de Administración, y Federico Sarabia Pozo, quien fue detenido el pasado 31 de agosto.
Lo que en principio parecía un conflicto por liderazgo, se transformó en una batalla por el poder, las plantas productoras, los recursos financieros y el legado histórico de una marca que representa mucho más que cemento: simboliza el orgullo de miles de cooperativistas en México.
De la rivalidad legal a la violencia mortal
La primera tragedia ocurrió el 14 de octubre de 2020, cuando Oliverio Guerrero, cooperativista, murió atropellado durante un zafarrancho en la planta de Lagunas, Oaxaca. Un grupo afín a Velázquez Rangel intentó tomar el control de las instalaciones, y la violencia escaló sin control.
Meses después, el 24 de junio de 2021, otro socio, Antonio Moya Espinoza, fue asesinado en la Colonia Narvarte de la Ciudad de México, un crimen que reforzó la percepción de que la disputa ya había dejado el ámbito corporativo.
El enfrentamiento sangriento en Tula
El episodio más cruento se registró el 27 de abril de 2022 en la Ciudad Cooperativa Cruz Azul, en Tula, Hidalgo. Ese día, un grupo armado intentó tomar las instalaciones de la planta cementera, lo que derivó en un enfrentamiento que dejó ocho muertos.
Siete de ellos pertenecían al grupo agresor y uno era trabajador de la propia empresa. Las imágenes del conflicto, transmitidas por medios locales, mostraban un nivel de violencia inédito en un conflicto empresarial mexicano.
Los abogados en la mira de la justicia
El caso más reciente fue el asesinato del abogado David Cohen Sacal, ocurrido el pasado lunes al salir del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México. Cohen, quien había sido defensor de Víctor Manuel Garcés Rojo —operador principal de “Billy” Álvarez—, fue atacado a tiros, cerrando un ciclo de muerte que parece no tener fin.
Garces Rojo, por su parte, se encuentra preso en el Reclusorio Norte, acusado de delitos financieros relacionados con el manejo de la cooperativa.
Antes, el 4 de octubre de 2022, otro abogado vinculado al conflicto, Jesús Hernández Alcocer, conocido como “El Tirantes”, falleció por causas naturales en prisión, donde estaba recluido por un caso distinto, pero igualmente rodeado de polémica: el asesinato de su pareja sentimental en el restaurante Suntory.
Testimonios y amenazas contra Billy Álvarez
En un video difundido por el diario Reforma, Guillermo “Billy” Álvarez reveló que en 2020 Hernández Alcocer lo amenazó directamente, exigiéndole renunciar a la dirección de la cementera en menos de un mes o atenerse a las consecuencias.
El exlíder cooperativista aseguró que esa amenaza fue orquestada por sus rivales internos, lo que demuestra que la lucha por el control de la cooperativa trascendió los tribunales y penetró en la esfera personal.
Órdenes de aprehensión y detenciones
Hasta ahora, las autoridades han girado al menos cuatro órdenes de aprehensión contra abogados ligados a “Billy” Álvarez o a Federico Sarabia. Dos de ellos, Rodolfo Sergio García Trujillo y Luis Miguel Campos Díaz, están detenidos, acusados de asociación delictuosa y fraude procesal.
Los otros dos, Ángel Martín Junquera Sepúlveda —apoderado legal de la cooperativa durante el mandato de Álvarez— y Miguel Ángel García Trujillo —hermano de Rodolfo Sergio—, permanecen prófugos, con acusaciones por fraude procesal, delincuencia organizada y lavado de dinero.
Una cooperativa dividida y una herida abierta
A más de seis años del inicio de la crisis, la Cooperativa La Cruz Azul sigue fragmentada. Mientras unos celebran la administración actual encabezada por Velázquez Rangel, otros aseguran que la cooperativa ha perdido su esencia participativa y solidaria.
Los trabajadores, muchos de ellos herederos de una tradición de esfuerzo colectivo, hoy viven en incertidumbre. La violencia, las acusaciones y los juicios han dejado cicatrices profundas en una organización que alguna vez fue ejemplo de unión obrera en México.


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