Más de 600 millones de personas en el mundo sufren dolor de espalda, una cifra que sigue en aumento debido al estilo de vida sedentario. Pasar muchas horas sentado ejerce presión sobre la columna y los músculos lumbares, lo que incrementa el riesgo de molestias y lesiones. Sin embargo, algo tan simple como caminar podría ser la solución más efectiva.
Caminar: el mejor aliado para una espalda sana
El fisioterapeuta Liam Globensky, especialista en rehabilitación geriátrica, ha demostrado que caminar con regularidad reduce significativamente los episodios prolongados de dolor lumbar. Este ejercicio mejora la circulación, fortalece los músculos de la espalda y disminuye el riesgo de lesiones.
Por su parte, la experta en salud deportiva Liz Pignatiello señala que caminar es una excelente opción para quienes ya padecen dolor de espalda. Es una actividad accesible, de bajo impacto y fácil de incorporar en la rutina diaria. Además, ayuda a aliviar tensiones musculares, mejora la postura y favorece la movilidad del cuerpo.
Por qué caminar ayuda a tu espalda
Al caminar, el cuerpo se mantiene erguido y se activa la rotación natural de las caderas, lo que fortalece la zona del tronco. Este movimiento permite una mejor distribución del peso y reduce la presión en la parte baja de la espalda.
Caminar también estimula los discos intervertebrales y las articulaciones, ayudando a mantener la flexibilidad y la salud de la columna. Por eso, levantarse y caminar unos minutos cada hora puede marcar una gran diferencia en el bienestar general.


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