Las adaptaciones literarias continúan ganando terreno dentro del catálogo de Netflix, y 2026 será un año clave para la plataforma. La compañía prepara una nueva oleada de producciones basadas en libros, impulsada por el trabajo conjunto entre escritores, guionistas y equipos creativos que entienden la importancia de trasladar historias complejas al lenguaje audiovisual.
Carolina Leconte, vicepresidenta de Contenido para Netflix en México y de Licencias en Latinoamérica, destacó que el objetivo es encontrar relatos capaces de trascender su formato original y conectar con audiencias globales.
Durante sus conversatorios en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Leconte puntualizó que las adaptaciones literarias requieren sensibilidad, tiempo y una lectura profunda de la obra. En ocasiones, explicó, algunas narrativas funcionan mejor como películas, mientras que otras necesitan el ritmo pausado y expansivo de una serie.
Títulos emblemáticos como Pedro Páramo, de Juan Rulfo, o Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor, encontraron su mejor expresión en el cine; sin embargo, no todos los libros pueden contar su historia en 90 minutos.
Uno de los ejemplos clave es Nadie nos vio partir, de Tamara Trottner. Netflix intentó adaptarla como película, pero la complejidad de sus personajes exigía más espacio para desarrollar conflictos, relaciones y matices. Finalmente, se decidió convertirla en serie, permitiendo que la narrativa fluyera con mayor detalle y fidelidad, un ejemplo claro de cómo las adaptaciones literarias requieren flexibilidad creativa.
Adaptaciones literarias que llegarán a Netflix en 2026
Entre los estrenos confirmados para 2026 destacan Mal de amores, de Ángeles Mastretta; Los corruptores, de Jorge Zepeda Patterson; y No tengo miedo, de Niccolò Ammaniti. Cada una de estas historias explora mundos distintos, desde tensiones políticas hasta dramas íntimos y thriller emocional, lo que representa un nuevo reto para el equipo creativo de Netflix. Además, la plataforma inició el proceso de adaptación de Aura, de Carlos Fuentes, ahora en formato de película, lo que marcará un regreso importante de la literatura mexicana al streaming global.
Leconte explicó que el equipo de contenido trabaja acompañado de profesionales de distintas áreas, quienes se encargan de transformar la obra literaria en una experiencia audiovisual. En Mal de amores, la dirección está a cargo de Catalina Aguilar Mastretta y Humberto Hinojosa, y desde el inicio se estableció una colaboración estrecha con la autora Ángeles Mastretta. Esta dinámica se ha convertido en una pieza esencial para garantizar que las adaptaciones literarias respeten la esencia del texto original.
Las historias que llegarán en 2026 comparten un punto en común: la búsqueda de un nuevo matiz. No se trata de copiar palabra por palabra un libro, sino de decantar la narrativa para preservar su ADN emocional y conceptual. Netflix busca entender cuál es la mejor forma de contar cada historia en la actualidad, considerando a nuevas generaciones de espectadores que quizá no han tenido contacto con los libros en su versión física.
El valor de colaborar directamente con autores y autoras
La vicepresidenta de contenido remarcó que la presencia de los autores en el proceso elevó la calidad de las adaptaciones literarias y fortaleció la fidelidad narrativa. Para Leconte, trabajar con sus creadores es una forma de honrar la obra original y, al mismo tiempo, actualizarla para nuevos públicos sin desvirtuar su identidad.
Leconte concluyó que el propósito de Netflix no es mejorar una obra literaria, sino llevarla a un lenguaje accesible y atractivo para las audiencias actuales. Al hacerlo, tiene la oportunidad de acercar a miles de jóvenes a clásicos y novelas contemporáneas que, de otra forma, podrían no descubrir. Con esta estrategia, la plataforma reafirma su compromiso con las adaptaciones literarias, consolidando un camino donde la literatura y el streaming se potencian mutuamente.
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