El miedo a la delincuencia en Tijuana ha sido validado por cifras oficiales. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), ha puesto en blanco y negro lo que miles de tijuanenses sienten a diario: la percepción de vivir en una ciudad insegura se ha disparado de manera alarmante.
El aumento del miedo en números
Según los resultados de la ENSU, la percepción de inseguridad en Tijuana experimentó un aumento de 7.7 puntos porcentuales en el último trimestre, pasando de un 21.0% a un 28.7% de la población que considera que vivir en su ciudad es inseguro. El INEGI califica este incremento como «estadísticamente significativo», lo que indica que no es una fluctuación menor, sino una tendencia clara y preocupante.
Este dato sitúa a Tijuana como una de las ciudades con una tendencia al alza en la inseguridad percibida, un sentimiento que se ve reforzado por los constantes reportes de violencia y actividad delictiva en la región.
¿A qué le tienen miedo los tijuanenses?
La encuesta del INEGI no solo mide el sentimiento general, sino que también desglosa los temores específicos de la ciudadanía. Estos son los focos rojos para los habitantes de Tijuana y del país:
- Los Lugares Más Peligrosos: Los cajeros automáticos en la vía pública son el espacio que genera mayor temor (72.2% de percepción de inseguridad), seguidos de cerca por el transporte público (65.0%) y las propias calles que transitan a diario.
- Los Delitos que se Ven a Diario: Cerca de sus hogares, los ciudadanos observan con frecuencia el consumo de alcohol en la calle (59.9%), robos y asaltos (50.1%), y la venta o consumo de drogas (41.1%).
- El Género del Miedo: La inseguridad se vive de manera diferente. A nivel nacional, el 68.5% de las mujeres se sienten inseguras, en comparación con el 56.7% de los hombres.
«El 42.4% de los encuestados impide que los menores salgan solos de su vivienda y el 38.0% ya no camina de noche por los alrededores de su hogar por temor a la delincuencia.» – Cambios de hábitos por la inseguridad, según la ENSU.
El impacto en la vida cotidiana
Este aumento en la percepción de inseguridad no es solo una estadística; tiene consecuencias reales y tangibles en la vida de las personas. El miedo obliga a los ciudadanos a modificar sus rutinas y a limitar sus libertades.
La encuesta revela que una parte significativa de la población ha dejado de usar objetos de valor, ha prohibido a los menores salir solos, ha dejado de caminar de noche y ha reducido las visitas a familiares o amigos por temor a ser víctimas de un delito.
Los datos del INEGI son un llamado de atención para las autoridades de los tres niveles de gobierno. La batalla contra la delincuencia no solo se gana reduciendo las cifras de incidencia delictiva, sino también reconstruyendo la confianza y la tranquilidad de una ciudadanía que, hoy por hoy, se siente más vulnerable que antes.


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