La democracia local en México está bajo ataque. Martha Laura Mendoza, presidenta municipal de Tepalcatepec, Michoacán, fue asesinada, un crimen que se suma al de la alcaldesa de San Mateo Piñas, Oaxaca, y que destapa la brutal estrategia del crimen organizado para controlar el poder municipal.
Un nuevo y brutal golpe ha sacudido los cimientos de la política local en México. Martha Laura Mendoza, quien se desempeñaba como presidenta municipal de Tepalcatepec, Michoacán, fue asesinada, un acto que confirma la alarmante y creciente tendencia de violencia dirigida específicamente contra funcionarios y candidatos a nivel municipal.
Este crimen no es un hecho aislado. Ocurre en un contexto de violencia política endémica que ha dejado una estela de sangre a lo largo del país. Apenas hace unos días, Lilia Gema García Soto, alcaldesa de San Mateo Piñas, Oaxaca, también fue asesinada en un ataque armado. Estos asesinatos son la cara más visible de un fenómeno que consultoras especializadas como Etellekt e Integralia han documentado con cifras escalofriantes: cientos de agresiones y decenas de homicidios contra actores políticos durante el más reciente ciclo electoral.
Una Estrategia de «Captura del Estado» desde Abajo
Lejos de ser crímenes pasionales o robos que salieron mal, estos asesinatos responden a una lógica estratégica del crimen organizado. La eliminación sistemática de figuras políticas locales, especialmente alcaldes y candidatos, es un método calculado para generar vacíos de poder, intimidar a posibles sucesores y, en última instancia, asegurar que quienes ocupen los cargos sean individuos cooptados o dispuestos a colaborar con sus intereses.
Este fenómeno es conocido como «captura del Estado» desde la base. Al controlar un ayuntamiento, los grupos criminales garantizan el control sobre:
* La seguridad pública local: Teniendo a la policía municipal a su servicio.
* Los recursos públicos: Desviando presupuestos y cobrando por obra pública.
* La economía local: Imponiendo extorsiones («cobro de piso») sin interferencia.
* Las rutas de trasiego: Asegurando el paso libre para sus actividades ilícitas.
Michoacán, al igual que Guerrero y Veracruz, es uno de los epicentros de esta estrategia, donde la disputa entre cárteles por el control territorial se traduce en una presión insostenible sobre las autoridades locales, quienes a menudo se encuentran atrapadas entre las demandas de los criminales y el abandono de los niveles superiores de gobierno.
«Durante el primer trimestre de 2025 se identificaron 104 incidentes de violencia política a nivel nacional (…) Morelos se posiciona como la entidad más violenta (…) seguido por Veracruz» – Informe de Violencia Política, Integralia Consultores.
Un Ataque Directo a la Democracia
Cada alcalde o candidato asesinado no es solo una tragedia humana; es un ataque directo a la soberanía del Estado mexicano. Representa la anulación del voto popular a través de la bala y la imposición de un poder fáctico sobre el poder constituido.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ya ha expresado su profunda preocupación por el asesinato de líderes sociales y la falta de protección a defensores de derechos humanos en México, una categoría en la que, trágicamente, encajan muchos de los políticos locales que se atreven a desafiar al crimen organizado. El asesinato de Martha Laura Mendoza es un sombrío recordatorio de que en muchas regiones del país, ejercer la política es una sentencia de muerte.


TE PODRÍA INTERESAR