En un contundente golpe al crimen organizado en Tulum, las autoridades capturaron y vincularon a proceso a José Benjamín «N», alias «El Cuervo», un objetivo prioritario señalado como generador de violencia y presuntamente implicado en el asesinato del secretario de seguridad del municipio.
La captura de José Benjamín «N», conocido en el mundo del hampa como «El Cuervo» o «58», no es una detención más. Representa la culminación de una cacería de alto perfil y una respuesta directa del Estado al desafío más audaz que el crimen organizado ha lanzado en Tulum en tiempos recientes: el asesinato de su máximo jefe policial.
La detención, resultado de un operativo interinstitucional, se produjo después de una escalada de violencia que había sumido al destino turístico en la zozobra. Ahora, «El Cuervo» enfrenta a la justicia por homicidio calificado, un paso clave en el intento de las autoridades por restaurar el orden.
La Captura: Así Cayó el Objetivo Prioritario
El operativo que llevó a la caída de «El Cuervo» fue una demostración de fuerza coordinada. Elementos de diversas corporaciones lograron su detención junto a dos presuntos cómplices. El arsenal que se les aseguró da una idea de su peligrosidad: armas largas de uso exclusivo del ejército, una granada de fragmentación, dosis de droga y vehículos.
Su nombre figuraba en lo alto del Atlas Delictivo de Quintana Roo, identificándolo no como un simple narcomenudista, sino como un líder con capacidad de mando y operación.
Los Cargos: A Proceso por Homicidio
La Fiscalía General del Estado (FGE) actuó con celeridad. Tras su captura, «El Cuervo» y uno de sus cómplices, identificado como Fernando «N», fueron presentados ante un juez, quien determinó vincularlos a proceso por el delito de homicidio calificado. Esto significa que la fiscalía presentó pruebas suficientes para iniciar un juicio formal en su contra.
Un Rastro de Sangre: La Conexión con el Asesinato del Jefe Policiaco
Este arresto no puede entenderse sin el contexto del asesinato, ocurrido meses antes, del Secretario de Seguridad Pública de Tulum, José Roberto Bautista Rodríguez. Aquel ataque, en el que se usaron armas de alto poder, fue una declaración de guerra contra las autoridades.
La detención de «El Cuervo» se suma a la de otro implicado en el mismo crimen, Alejandro «N», alias «El Rayo». Las investigaciones sugieren que ambos formaban parte de la misma estructura criminal y que la ejecución del jefe policiaco fue una represalia por las acciones de combate a la delincuencia que él encabezaba.
«En la escena del crimen (del jefe policiaco) se recogieron 31 casquillos de diferentes calibres, todos de uso exclusivo del ejército.» – Un detalle que revela el poder de fuego de los atacantes.
La Batalla Continúa
A pesar de este importante golpe, la violencia en Tulum no ha desaparecido. La reciente ejecución de un cocinero en un restaurante de la zona hotelera es un sombrío recordatorio de que la lucha por el control del territorio es constante y sangrienta. La caída de «El Cuervo» es una victoria significativa para las autoridades, pero la guerra por la paz en Tulum aún no ha terminado.


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