La historia de uno de los casos más dolorosos de la historia reciente de México podría dar un giro crucial. Édgar Damián Sandoval Albarrán, alias “La Rana”, fue extraditado desde Estados Unidos y entregado a las autoridades mexicanas este 27 de junio de 2025 en la frontera de Nogales, Sonora. Su nombre aparece una y otra vez en testimonios que reconstruyen la noche del 26 de septiembre de 2014, cuando 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecieron.
¿Quién es “La Rana” y qué papel jugó en la tragedia?
Sandoval es señalado como miembro de Guerreros Unidos, un grupo criminal involucrado en la desaparición de los normalistas. Según investigaciones y testimonios, condujo la camioneta que arrojó bolsas con restos calcinados al río San Juan, obedeciendo órdenes de un jefe de sicarios conocido como “El Cepillo”.
Este relato forma parte de la llamada “verdad histórica”, sostenida por el exprocurador Jesús Murillo Karam, quien afirmó en 2014 que los jóvenes fueron asesinados y quemados en el basurero de Cocula. Sin embargo, desde entonces, científicos, periodistas, expertos independientes y organismos de derechos humanos han desmentido dicha versión por contener múltiples inconsistencias y omisiones.
Un testigo entre la verdad y la impunidad
“La Rana” podría ser el eslabón perdido entre la versión oficial y los hechos reales. Durante años, su identidad fue objeto de confusión, al punto que un hombre inocente fue detenido por error en 2015. Solo tras la intervención de la CNDH, con identificación de tatuajes y señas físicas, se confirmó su verdadera identidad.
Tras su detención en EE.UU. el 7 de junio, la FGR solicitó su extradición, señalando que se encontraba ilegalmente en ese país. Fue entregado en coordinación con Interpol México, en una operación que ahora concentra las miradas del país y de las familias de los desaparecidos.
CNDH: “Un crimen de Estado que no debe prescribir”
Desde 2022, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha sido contundente: la desaparición de los 43 es un crimen de lesa humanidad. En un comunicado, reiteró que la extradición de Sandoval debe abrir la puerta para nuevos juicios, dejando en claro que “los crímenes de Estado no prescriben”.
Además, la CNDH pidió a los jueces encargados del caso actuar sin sesgos ni presiones, para evitar que la impunidad se imponga. “Es hora de acercarnos a la verdad y a la justicia que las familias de Ayotzinapa llevan más de una década exigiendo”, señalaron.
¿Se derrumbará la “verdad histórica”?
El testimonio de Sandoval Albarrán podría confirmar o desmontar por completo la versión oficial construida por Murillo Karam. Y con él, reabrir un proceso judicial que ya ha implicado a mandos policiacos, criminales y hasta autoridades del más alto nivel.La extradición de “La Rana” podría marcar un antes y un después en el caso Ayotzinapa. Las familias, que nunca han dejado de marchar, de exigir y de gritar los nombres de sus hijos, esperan ahora respuestas reales, no simulaciones.


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