El albergue Pergatuzoo, ubicado en Villa Nicolás Romero, Estado de México, se ha convertido en blanco de intimidaciones por parte del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), una de las organizaciones criminales más poderosas del país. En redes sociales, el personal del refugio lanzó un angustiante llamado de auxilio tras recibir amenazas de que incendiarán el lugar si no pagan una cuota mensual de 50 mil pesos.
En su labor diaria, el albergue cuida de más de 2 mil animales rescatados: perros, gatos, caballos, cerdos, aves, borregos y cabras, muchos de ellos víctimas del abandono o el maltrato. Sin embargo, ahora quienes los protegen también deben luchar por su propia seguridad y la de los animales, en medio de la impunidad y la falta de respuesta efectiva de las autoridades.
Convocan a marcha frente a la Fiscalía de la CDMX
Cansados de vivir bajo amenaza, los responsables del albergue convocaron a una manifestación este martes 15 de julio, a las 12:00 horas, frente a las oficinas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, en la calle Liverpool, cerca de la Glorieta de Insurgentes.
Desde allí, marcharán hacia la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, exigiendo protección, atención y justicia ante lo que consideran una grave omisión institucional. La movilización no solo busca visibilizar el caso, sino también denunciar el crecimiento del cobro de piso contra organizaciones civiles y refugios de animales, que ahora figuran en el radar del crimen organizado.
Robos agravan la crisis alimentaria del refugio
La amenaza del CJNG se suma a una cadena de afectaciones recientes. El albergue denunció también el robo de alimento y artículos esenciales para los animales. Entre lo sustraído se reportaron:
- 8 sacos de comida para gallo marca Purina, con valor unitario de $398
- 4 bultos de croquetas para perro marca Dogy Purina, de 25 kg c/u
- 2 sacos de alimento para gato Minino Plus
- 2 sacos de torta de soya
- 4 bultos de alimento para aves de $345 cada uno
Esta pérdida, según los administradores, pone en riesgo la nutrición básica de los animales y empeora una crisis ya insostenible.
Las amenazas comenzaron con “cuotas” de estacionamiento
Según testimonios del personal, las primeras amenazas surgieron en marzo de 2024, cuando desconocidos comenzaron a cobrar 50 pesos por estacionar cerca del albergue. Con el paso de los meses, las exigencias se transformaron en cuotas crecientes: primero 25 mil pesos, y finalmente 50 mil pesos mensuales, bajo la advertencia de que debían pagar si querían “seguir operando”.
Los extorsionadores afirmaron tener vínculos con el CJNG, y no solo amenazaron con dañar el albergue, sino también a los familiares de los administradores, quienes viven en la Ciudad de México. El miedo, aseguran, se ha convertido en un compañero cotidiano.
Exigen acción de las autoridades y apoyo social
En sus publicaciones, el albergue Pergatuzoo pide respaldo social y mediático para evitar una tragedia. «No solo están en peligro más de 2 mil animales, también nuestras vidas y nuestras familias», señalan.
Instan a las autoridades de todos los niveles a que investiguen, actúen y brinden seguridad, y llaman a la sociedad civil a no ser indiferente: “Hoy somos nosotros. Mañana puede ser cualquier refugio o colectivo social”.
Un llamado a proteger lo que aún nos queda
El caso de Pergatuzoo revela una preocupante tendencia: la expansión del crimen organizado más allá de negocios tradicionales hacia espacios humanitarios, refugios y colectivos sin fines de lucro. El miedo crece. La extorsión se normaliza. Y los animales —como siempre— se vuelven víctimas invisibles del terror.
Pero aún queda una opción: resistir, alzar la voz y movilizarse. Porque cuando la violencia toca la puerta de quienes protegen a los más vulnerables, el silencio deja de ser una opción.


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