El Centro Penitenciario de Aguaruto, en Culiacán, Sinaloa, fue prisión más intervenida de México durante el 2025. A lo largo del año, autoridades estatales y federales realizaron decenas de operativos que exhibieron un nivel de control criminal, violencia interna y presuntos casos relacionados con el narcotráfico.
Tan solo en el segundo semestre del año se ejecutaron más de 60 cateos y revisiones preventivas. La mayor intensidad se concentró entre octubre, noviembre y diciembre, periodo en el que se aseguraron armas de alto poder, explosivos, droga en grandes cantidades y sistemas avanzados de comunicación.
Operativos en Penal de Aguaruto
Las inspecciones fueron realizadas por un despliegue interinstitucional que incluyó a la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa, Grupo de Operaciones Especiales (GOES), Policía Estatal Preventiva, Ejército Mexicano, Guardia Nacional, Secretaría de Marina, Fiscalía General del Estado y Fiscalía General de la República.
Los operativos dejaron al descubierto un penal con economía clandestina activa, disputas internas por el control del narcomenudeo y capacidad logística para mantener comunicación permanente con el exterior.
Además, durante el año se reportaron muertes bajo custodia, riñas violentas y denuncias por presuntas torturas durante las revisiones.

Revelan tecnología dentro del penal de Aguaruto
Uno de los hallazgos más relevantes de 2025 fue el uso de tecnología de punta al interior del penal. Las autoridades localizaron al menos dos antenas Starlink, módems Wifi y equipos diseñados para evadir bloqueos de señal.
También se aseguraron cámaras de videovigilancia ocultas, dispositivos de almacenamiento y componentes de redes clandestinas que permitían el monitoreo interno y la comunicación externa sin restricciones.
En uno de los operativos más delicados, se descubrió un túnel ilegal de aproximadamente 15 metros, equipado con iluminación y ventilación, lo que obligó a reforzar la seguridad perimetral y actualizar protocolos de detección de fugas.
Decomiso de drogas
Los decomisos de droga evidenciaron la existencia de un sistema estructurado de narcomenudeo dentro del penal de Aguaruto, con insumos para distribución y consumo interno.
Entre lo asegurado se contabilizó:
- Marihuana: 5 mil 940 gramos, 227 dosis, cigarros y bolsas pequeñas
- Cocaína: 97 gramos, 161 dosis y presentaciones listas para dosificación
- Cristal: al menos una bolsita
- Pastillas psicotrópicas: 13 unidades
- Material para narcomenudeo: básculas digitales, trituradora de marihuana, máquina selladora térmica, pipas hechizas y cajetillas utilizadas como empaque
Estas cifras reflejan un mercado ilegal activo y disputado dentro del centro penitenciario.
Armamento y objetos peligrosos
Durante 2025 se aseguraron 22 armas de fuego, entre ellas fusiles de asalto, pistolas de distintos calibres y una subametralladora. También fue localizado un explosivo artesanal, que posteriormente fue destruido.
El arsenal incluyó cargadores, más de 340 cartuchos útiles y un volumen alarmante de armas blancas y objetos contundentes fabricados o adaptados de manera casera.
En total, se decomisaron más de 500 armas punzocortantes y cerca de 300 objetos contundentes, lo que refuerza la narrativa de violencia constante al interior del penal.
Telefonía y electrónica clandestina
Los operativos permitieron el retiro sistemático de equipos electrónicos prohibidos en Aguaruto, entre ellos:
- 183 teléfonos celulares y 170 cargadores
- 18 módems Wifi y 9 dispositivos de banda ancha
- 23 radios de comunicación y 8 cargadores
- 58 chips SIM
- Memorias USB, discos duros y microSD
- Bocinas bluetooth, cámaras ocultas y smartwatches
- Equipos de cómputo, amplificadores de señal y reproductores MP3
La cantidad y variedad de dispositivos reflejan una infraestructura diseñada para mantener operaciones criminales desde el interior.
Muertes, riñas y denuncias de tortura en Aguaruto
Durante el año se registraron al menos cinco muertes bajo custodia. Algunas estuvieron relacionadas con riñas internas, mientras que otras se investigaron como posibles suicidios o desvanecimientos.
Paralelamente, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos recibió quejas por presuntas revisiones violentas. Su presidente, Óscar Loza Ochoa, denunció posibles actos de tortura, como inmersión en agua y descargas eléctricas, y exigió la apertura de carpetas de investigación.
El Consejo Estatal de Seguridad Pública calificó al Penal de Aguaruto como un “campo de batalla” entre facciones del Cártel de Sinaloa. Las autoridades identificaron una disputa directa entre Los Chapitos y La Mayiza, conflicto que explicaría el nivel de violencia, armamento y tecnología detectados durante 2025.


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