La historia de la reciente captura que estremeció la frontera norte inicia con un solo nombre: Cártel de los Beltrán Leyva. Aunque para muchos mexicanos este grupo representa un eco de la violencia del pasado, en Tijuana quedó claro que su estructura continúa activa, sigilosa y conectada con redes internacionales del narcotráfico. Fue ahí, entre avenidas densas y colonias donde la vida cotidiana se mezcla con operativos constantes, donde la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano detuvieron a Gustavo “N”, señalado como líder de una célula vinculada a esta organización delictiva.
Era 2 de diciembre de 2025. El operativo comenzó al amanecer, cuando equipos de inteligencia siguieron movimientos previamente detectados en dos domicilios estratégicos de la ciudad. El objetivo no era menor: un hombre identificado tanto por autoridades mexicanas como estadounidenses como uno de los operadores más relevantes en el trasiego de droga hacia el norte.
Un objetivo prioritario con cargos en Estados Unidos
Las autoridades describen a Gustavo “N” como un objetivo prioritario, pieza clave en la red del Cártel de los Beltrán Leyva. Sus operaciones presuntamente abarcaban rutas de producción, almacenamiento y movimiento de sustancias hacia Estados Unidos. De hecho, enfrenta cargos criminales en ese país, lo que convierte su detención en un avance significativo dentro de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública.
Este tipo de detenciones no ocurre al azar. Responden a meses de análisis, patrones de movimiento, intercepciones y vigilancia encubierta que permiten golpear con precisión quirúrgica estructuras criminales cuyo alcance, en ocasiones, rebasa las fronteras nacionales.
Cateos simultáneos y más detenidos: la operación se amplía
El operativo incluyó dos Órdenes Técnicas de Investigación ejecutadas de forma simultánea. Además del líder capturado, cuatro personas más fueron detenidas. Dos pertenecen directamente al grupo de los Beltrán Leyva, mientras que las otras dos están vinculadas al Cártel del Pacífico, lo que confirma que en Tijuana coexisten células rivales que frecuentemente cruzan operaciones, territorios y conflictos.
Los cateos culminaron con un aseguramiento relevante:
- 9 kilos y 330 pastillas con características propias del fentanilo
- 4 armas cortas
- 1 arma larga
- Cartuchos de diversos calibres
- 6 teléfonos celulares
- 2 inmuebles vinculados a actividades ilícitas
Todo fue puesto a disposición de la Fiscalía General de la República para determinar la situación jurídica de los cinco detenidos.
Cártel de los Beltrán Leyva: lo que revela este golpe
A la mitad de esta historia, la palabra clave vuelve a resonar: Cártel de los Beltrán Leyva. Su presencia en el norte del país no desapareció: se transformó. Ya no operan con la fuerza mediática de hace una década, pero continúan moviéndose en células compactas, especializadas y difíciles de rastrear. La captura de Gustavo “N” ofrece dos revelaciones importantes para los analistas:
- Persistencia del modelo de microcélulas temporales, una estrategia que fragmenta responsabilidades y dificulta el rastreo de la cadena completa.
- Colaboración y conflicto simultáneo con otros cárteles que disputan rutas en Baja California.
Las autoridades consideran que estos decomisos afectan la capacidad operativa del grupo, especialmente en el trasiego de fentanilo, sustancia que continúa siendo una de las principales presiones bilaterales entre México y Estados Unidos.
Un mensaje dentro de la Estrategia Nacional de Seguridad
La captura también busca enviar una señal: el combate al crimen organizado se mantiene activo mediante operaciones conjuntas, inteligencia y presencia territorial. La coordinación entre la Guardia Nacional, el Ejército y la FGR refleja un modelo que prioriza golpes focalizados sobre despliegues masivos.
Las autoridades federales reiteraron que seguirán con acciones similares en la frontera norte, particularmente en estados donde el trasiego hacia Estados Unidos es constante.
Un golpe simbólico y operativo a una organización persistente
Aunque es temprano para medir todas las consecuencias de este operativo, lo que sucedió en Tijuana representa un golpe importante contra el Cártel de los Beltrán Leyva. La detención de un líder operativo, el aseguramiento de fentanilo, armas y propiedades, así como la captura de miembros de dos cárteles distintos, habla de un mapa criminal complejo, cambiante y todavía sumamente activo.
Mientras continúan las investigaciones, la estrategia federal reafirma su compromiso de enfrentar a las organizaciones que operan en la frontera norte. Y de nuevo, el mensaje se cierra con la palabra que marcó el inicio de esta historia: el Cártel de los Beltrán Leyva, cuya caída en Tijuana podría ser solo el primer capítulo de una serie de operaciones destinadas a desmantelar su presencia en la región.
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