La discusión sobre los aranceles en 2026 toma fuerza conforme se acerca la revisión del T-MEC, un proceso clave para redefinir el futuro comercial de Norteamérica.
De acuerdo con especialistas, Estados Unidos no eliminaría los aranceles en 2026 estos impuestos para México, aunque existe la posibilidad de ajustes o reducciones en sectores específicos. El escenario, sin embargo, está lejos de representar un retorno al libre comercio entre ambos países, una idea que diversos expertos califican como improbable.
Durante octubre, la Secretaría de Economía, encabezada por Marcelo Ebrard, abrió un amplio espacio de diálogo con el sector productivo. Estas consultas permitieron recabar inquietudes, prioridades y propuestas de diferentes industrias con miras a fortalecer la competitividad mexicana en la renegociación.
Más de 30 sectores participaron en mesas de análisis en todos los estados del país, mientras que un cuestionario habilitado para la iniciativa privada logró reunir más de dos mil respuestas estatales y al menos 500 desde organismos empresariales y ramas económicas.
Toda esta información será integrada en un documento que se entregará en enero de 2026 tanto a la presidenta Claudia Sheinbaum como al Senado de la República, con el objetivo de presentar una postura sólida y consensuada rumbo a la revisión del T-MEC. Este diagnóstico servirá como plataforma para delinear los temas que México buscará impulsar en un proceso de enorme relevancia para el comercio exterior y la inversión.
Aranceles en 2026: lo que anticipan expertos de Estados Unidos y Méxic
En este contexto, las declaraciones de Pedro Casas Alatriste, vicepresidente ejecutivo y CEO de la American Chamber Mexico (Amcham), abonaron a la discusión pública sobre los aranceles en 2026.
El especialista dejó claro que no se prevé un escenario en el que Estados Unidos elimine por completo los impuestos a las importaciones mexicanas. Aunque reconoce que podría haber reducciones puntuales, subraya que el ideal de un regreso al libre comercio no es viable bajo las condiciones actuales del mercado global ni bajo la visión del gobierno estadounidense.
Casas habló al cierre de la presentación del Séptimo Sondeo de Piratería realizado por Amcham, cámara que promueve el comercio bilateral entre México y Estados Unidos.
Ahí, ante los cuestionamientos sobre las expectativas para 2026, precisó que incluso con la llegada del proceso de revisión, se debe ser realista sobre las decisiones de Washington: “Sí podría haber una reducción de aranceles, habría que ver específicamente en dónde, cuánto y cómo, pero no creo que estemos entrando de nuevo a un mundo de cero aranceles”.
Estas declaraciones resonaron debido a que, en diversas industrias mexicanas, persiste la expectativa de que la revisión del T-MEC permita aliviar cargas arancelarias. No obstante, la postura estadounidense continuará influida por factores como el fortalecimiento de cadenas regionales, el proteccionismo económico y la competencia con potencias asiáticas como China.
De hecho, el propio Casas adelantó que podría haber un acercamiento entre Donald Trump y Claudia Sheinbaum a inicios de enero de 2026, lo que marcaría un punto de partida diplomático para los trabajos formales de revisión. Aunque esto no garantiza cambios estructurales inmediatos, sí abre una ventana para explorar ajustes técnicos y acuerdos que beneficien la integración en sectores estratégicos.
El CEO de Amcham también anticipó que la renegociación será favorable y se desarrollará en un tono trilateral. Destacó que la región tenderá a distanciarse aún más de China, buscará homologar certificaciones y regulaciones, y fortalecerá los encadenamientos productivos entre México, Estados Unidos y Canadá.
Para Casas, este rediseño de reglas y los aranceles en 2026 no solo influirá en los aranceles, sino en toda la dinámica económica de Norteamérica durante los próximos años.
Mientras tanto, México continúa puliendo su postura ante los aranceles en 2026. El documento que se entregará en 2026 será crucial, pues representa las necesidades y prioridades de sectores productivos que abarcan desde manufactura y automotriz hasta agroindustria y logística. Cada una de estas industrias enfrenta desafíos y oportunidades distintos ante los aranceles en 2026, pero todas coinciden en la importancia de reforzar la competitividad nacional en un entorno internacional cada vez más complejo.
La revisión del T-MEC también se desarrollará en un contexto mundial particularmente sensible: tensiones geopolíticas, reacomodos económicos globales, cambios en cadenas de valor, nuevas regulaciones tecnológicas y hasta eventos deportivos como el Mundial de futbol de 2026, que influirán en el escenario económico y mediático de la región.
Para México, afrontar la posibilidad de que Estados Unidos no elimine aranceles representa tanto un reto como una oportunidad. Las reducciones estratégicas de los aranceles en 2026 , si se concretan, podrían beneficiar a ciertos sectores clave. Sin embargo, el país deberá enfocarse en elevar su competitividad, diversificar mercados y aprovechar la relocalización de inversiones, especialmente bajo el fenómeno del nearshoring.
El debate sobre los aranceles en 2026 es más que un asunto técnico: es una pieza clave en la relación económica más importante del país. Y conforme se acerque la fecha de revisión, el tema cobrará aún mayor relevancia en las discusiones públicas, empresariales y gubernamentales.
Lo que está claro, por ahora, es que la eliminación total de aranceles no forma parte del horizonte inmediato y que México deberá prepararse para una negociación intensa, estratégica y con implicaciones de largo alcance para su economía.


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