Casi tres semanas después de la desaparición de Ana Amelí García Gámez, el Ajusco, al sur de la Ciudad de México, vuelve a ser centro de búsqueda y alerta. Desde el 12 de julio, familiares, amigos, colectivos de búsqueda y autoridades capitalinas recorren la zona conocida como el Pico del Águila, lugar donde Ana Amelí fue vista por última vez.
La Comisión de Búsqueda de la CDMX indica que esta es la operación más grande realizada hasta ahora en esta área, que durante años ha sido denunciada como un posible tiradero clandestino de cuerpos sin acciones efectivas para evitarlo.
Un bosque que oculta historias trágicas
El Parque Nacional Cumbres del Ajusco tradicionalmente ha sido un sitio de esparcimiento familiar, pero según habitantes como Pedro Torres, la situación ha cambiado drásticamente:
“Antes estaba mucho mejor, ahora están encontrando cuerpos. Es un punto que se presta demasiado porque es una zona muy boscosa”.
Casos que evidencian la gravedad: Monserrat y Axel
La desaparición de Ana Amelí no es un caso aislado. En 2020 desapareció Monserrat Uribe Palmeros, cuyo cráneo y columna vertebral fueron hallados en el Ajusco en 2024 tras años de búsqueda.
Su madre, Jaqueline Palmeros, fundadora del colectivo Una Luz en el Camino, comparte el dolor de encontrar restos de un ser querido:
“Localizar restos óseos de tu hija es lo más horrible que le pueda pasar a cualquier mamá, es inhumano”.
Por otro lado, Daniela González, madre de Axel, desaparecido en el Ajusco en 2022, denuncia que la zona es un foco rojo y un cementerio clandestino:
“Las últimas ubicaciones fueron aquí, eso nos da certeza del peligro”.
La novia de Axel, Jocelin Saucedo, fue encontrada en noviembre de 2022 dentro de una bolsa negra en la misma zona.
Falta de vigilancia y condiciones que favorecen los delitos
Pobladores y visitantes coinciden en que la falta de seguridad, poca iluminación y caminos solitarios hacen del Ajusco un lugar propicio para abandonar cuerpos sin ser detectados.
El parque cuenta con aproximadamente 920 hectáreas de bosque, con caminos de terracería y brechas donde no hay viviendas cercanas ni vigilancia constante.
Un habitante, Eleazar Camacho, relató:
“Bajando a caballo me percaté de una persona en una bolsa, porque los perros ya se la estaban comiendo”.
Respuesta institucional pendiente
Hasta el momento, la Fiscalía General de Justicia de la CDMX no ha respondido solicitudes de entrevista ni ha detallado acciones concretas para enfrentar esta problemática en el Ajusco.
Conclusión: un llamado urgente a la justicia y la seguridad
El Ajusco, un espacio emblemático de la Ciudad de México, hoy representa una grave preocupación por los casos de desapariciones y hallazgos macabros. Familiares, colectivos y vecinos exigen mayor vigilancia, justicia y acciones efectivas para que el bosque no siga siendo un sitio de impunidad.


TE PODRÍA INTERESAR