La muerte de una bebé en Gambia, presuntamente sometida a mutilación genital femenina, ha desatado la indignación de defensores de derechos humanos. La menor, trasladada desde Wellingara a un hospital en Banjul, falleció por una grave hemorragia.
Según Unicef, el 73% de las mujeres y niñas gambianas de entre 15 y 49 años han sido sometidas a esta práctica, prohibida desde 2015 y castigada con hasta tres años de cárcel, aunque rara vez se aplica la sanción.
La abogada Santana Simiyu, de Equality Now, advirtió que esta tradición cultural “es una forma de violencia de género que puede matar”.
Investigación y presión internacional
La policía informó que dos mujeres fueron detenidas y se abrió una investigación. Organizaciones como Amnistía Internacional y la Comisión Nacional de Derechos Humanos exigieron justicia y medidas efectivas para erradicar esta práctica.
La ley que prohíbe la mutilación genital femenina sigue vigente, pero está siendo impugnada ante el Tribunal Supremo, lo que ha generado preocupación entre activistas que temen un retroceso en la protección de niñas y mujeres.


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