Desde el inicio de su mandato, la presidenta Claudia Sheinbaum ha hablado de implementar una “nueva estrategia de seguridad” basada en atacar las causas de la violencia y utilizar la inteligencia policial. Sin embargo, a solo 43 días de esta administración, la realidad en México sigue teñida de violencia.
Los fines de semana más recientes han registrado cifras récord de homicidios, y el terror persiste en varias regiones del país.
Para la doctora Sheinbaum y su equipo, la prioridad es un cambio radical en la forma de enfrentar a los grupos criminales. El plan incluye otorgar mayores facultades al titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC), Omar García Harfuch, a través de una reforma constitucional que busca crear una Subsecretaría de Inteligencia y que haría de la SSyPC el centro de mando de la seguridad nacional. Pero los resultados hasta ahora son preocupantes.
Masacres en bares: una ola de violencia descontrolada
La violencia reciente en lugares públicos ha sido alarmante. Un ataque en el bar “Cantaritos” en Querétaro dejó diez muertos y trece heridos, la mayoría jóvenes que asistían a una noche de convivencia.
Apenas un día después, en Cuautitlán Izcalli, un ataque armado en el bar “Blin-Blin” dejó cinco muertos y seis heridos más, reviviendo los temores de que los civiles son víctimas colaterales de una guerra entre grupos delictivos.
Este fin de semana culminó con 251 personas asesinadas en distintas partes del país, lo que eleva a 2,993 el número de homicidios registrados en solo 43 días del nuevo gobierno. Estos números hablan de una crisis que no parece ver disminución y que exige acciones inmediatas y efectivas.
La respuesta del gobierno: promesas y reuniones a puerta cerrada
La respuesta oficial ha sido limitada. Ante la masacre en el bar de Querétaro, Sheinbaum afirmó que los agresores iban “por una sola persona”, en referencia a un presunto integrante del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). No obstante, los videos muestran una escena de violencia indiscriminada. Este tipo de declaraciones causan desconcierto entre los ciudadanos, quienes exigen una respuesta contundente.
En cuanto a García Harfuch, el secretario se ha mantenido mayormente en silencio desde la presentación inicial de su estrategia el pasado 8 de octubre, en la que prometió combatir los delitos de alto impacto. Recientemente, ha tenido reuniones privadas con diputados para promover la reforma que otorgaría mayores facultades a la Subsecretaría de Inteligencia, pero el público espera respuestas más visibles.
¿Qué busca la reforma de seguridad y cuál es su alcance?
La reforma de seguridad propuesta busca convertir a la Secretaría de Seguridad en el principal ente de inteligencia del país, dándole el control sobre el Sistema Nacional de Inteligencia. Este cambio implicaría la creación de una Subsecretaría de Inteligencia federal, encargada de coordinar y dirigir todas las labores de inteligencia en el país, incluyendo la capacidad de solicitar reportes de la Sedena, Marina y otras agencias.
Sin embargo, implementar esta reforma no será sencillo. Para su éxito, se necesitaría un presupuesto de varios miles de millones de pesos. Actualmente, el gobierno federal enfrenta dificultades para encontrar estos recursos, y hasta ahora, no está claro cómo se financiará este proyecto ambicioso. Si se aprueba la reforma, el nuevo sistema de inteligencia podría estar operando hasta marzo de 2025, dejando a México con varios meses de espera en un contexto de creciente violencia.
La tensión entre el INE y el gobierno federal: el presupuesto electoral bajo presión
El tema de seguridad no es el único reto de la administración Sheinbaum. En el Instituto Nacional Electoral (INE), la presidenta Guadalupe Tadei y los consejeros enfrentan presiones desde el gobierno federal para reducir el presupuesto asignado a las próximas elecciones. Este proceso electoral es especialmente complejo, ya que incluirá la elección de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte, un ejercicio inédito en México.
Desde el gobierno, han instado al INE a “bajarle” al presupuesto, aunque los consejeros afirman que los recursos solicitados apenas cubren los requerimientos necesarios para una elección justa y profesional. Los consejeros están atrapados entre cumplir con la Constitución y la necesidad de garantizar elecciones transparentes, mientras el gobierno y Morena insisten en un ajuste económico que podría afectar la calidad del proceso electoral.
¿Es suficiente la “nueva estrategia” de Sheinbaum?
La violencia en México es un reto monumental, y los ciudadanos esperan una estrategia efectiva que brinde seguridad en las calles y permita vivir sin miedo. Aunque la administración de Sheinbaum ha planteado un cambio radical en su política de seguridad, la realidad es que los resultados aún no se ven y la reforma de seguridad está lejos de aplicarse. La dependencia de un presupuesto que aún no se asegura y la resistencia del Ejército y la Marina a perder ciertas facultades también plantean desafíos serios.
Mientras tanto, la pregunta es inevitable: ¿cuántos mexicanos más seguirán siendo víctimas de la violencia mientras el gobierno define y pone en marcha su estrategia de seguridad? La expectativa de una estrategia que priorice la inteligencia es positiva, pero su éxito dependerá de la capacidad de su implementación y de los recursos disponibles. Lo que está en juego no es solo una estrategia de seguridad, sino el derecho a la paz y seguridad que exigen millones de mexicanos.
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