“Parece que hemos perdido a India y a Rusia ante una China más profunda y oscura”.
Con esa frase, Donald Trump volvió a colocar a la geopolítica mundial en el centro del debate internacional. El expresidente de Estados Unidos reaccionó así a la reunión entre Vladimir Putin, Xi Jinping y Narendra Modi en Pekín, un encuentro que, según él, consolida un bloque en contra de los intereses estadounidenses.
El mensaje, difundido en su red Truth Social, mezcla advertencia y sarcasmo:
“¡Qué tengan un futuro largo y próspero juntos!”.
Detrás de esas palabras se esconde la preocupación de Washington por el fortalecimiento de una alianza que, además de política, tiene un fuerte trasfondo económico y militar.
China como epicentro de una nueva alianza
Durante el desfile militar organizado en Pekín, conmemorando la victoria sobre Japón en la II Guerra Mundial, Xi Jinping compartió escenario con líderes de Rusia y Corea del Norte. Para Trump, la escena simboliza un complot contra Estados Unidos, diseñado desde el corazón de Asia.
Lo que más alarma a Washington es el rol que juega India en este triángulo. Tradicionalmente vista como un aliado estratégico frente a China, Nueva Delhi ha incrementado su comercio con Moscú y Pekín, generando dudas sobre su posición real en la disputa global.
El petróleo ruso: el combustible del desacuerdo
Uno de los principales puntos de fricción está en las importaciones energéticas. India ha defendido su decisión de comprar petróleo ruso barato como una necesidad para abastecer a sus 1.400 millones de habitantes. Pero para Trump, estas operaciones son inaceptables porque “financian los ataques de Putin a Ucrania”.
Los números hablan por sí solos: en 2024-25 el comercio bilateral entre India y Rusia alcanzó los 68.700 millones de dólares, con importaciones energéticas que representaron más del 90% de esa cifra. Estados Unidos, en contraste, apenas logró exportar 5.000 millones de dólares a India.
Tensión comercial con Nueva Delhi
El expresidente no solo criticó la relación energética de India con Rusia, sino también los altos aranceles que impone a los productos estadounidenses.
“Ellos nos venden cantidades masivas de productos, somos su cliente más grande, pero nosotros les vendemos muy poco”, escribió Trump, acusando a Modi de mantener un comercio “totalmente unilateral”.
En represalia, Washington impuso aranceles del 50% a las importaciones indias, una medida que podría profundizar la tensión diplomática justo cuando Estados Unidos busca aislar a Rusia en el escenario global.
Un tablero en movimiento
La advertencia de Trump llega en un momento crítico. La guerra en Ucrania sigue sin una salida clara, y la alianza India-Rusia-China amenaza con redibujar el mapa del poder mundial. Mientras tanto, EE.UU. intenta mantener su liderazgo frente a un bloque que, con petróleo, comercio y cooperación militar, consolida cada día más su influencia.
La gran pregunta es si Washington logrará recuperar a India como aliado estratégico o si, como teme Trump, Nueva Delhi ya ha cruzado una línea de no retorno.


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