El 1 de septiembre de 2025 marcó un antes y un después en la historia judicial de México. Ese día entró en funciones la renovada Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), con una integración inédita: sus integrantes llegaron al cargo mediante voto popular.
Con Hugo Aguilar Ortiz como presidente, el máximo tribunal operará bajo un esquema en el que los periodos de los ministros y ministras no serán iguales para todos. Según lo establecido en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el tiempo en funciones dependerá del número de votos obtenidos en la elección. Quienes recibieron mayor respaldo estarán 11 años, mientras que el resto permanecerá 8 años.
Esto significa que algunos dejarán el cargo en 2033 y otros en 2036. Sin embargo, hay excepciones. Las ministras que fueron ratificadas y ya ejercían antes de la reforma —Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz— cumplirán el tiempo original de su nombramiento de 15 años, lo que extiende su permanencia más allá del nuevo modelo.
En la práctica, Esquivel se mantendrá hasta 2036, Batres hasta 2039 y Ortiz hasta 2036, convirtiéndose en las integrantes con mayor permanencia dentro del pleno.
Presidencia rotativa en la Corte tras la reforma
Otra novedad de la reforma es que la presidencia de la SCJN será rotativa cada dos años. El orden también dependerá de la votación obtenida en las elecciones judiciales.
De acuerdo con los resultados, Hugo Aguilar encabezará la Corte de 2025 a 2027. Le seguirán Lenia Batres (2027-2029), Yasmín Esquivel (2029-2031) y Loretta Ortiz (2031-2033). Después, María Estela Ríos González podría asumir la presidencia, aunque ello dependerá de la elección de 2033.
Así, la nueva dinámica del máximo tribunal no solo redefine los periodos de sus integrantes, sino también la forma en que se elige a su presidencia, con un esquema más cercano al voto ciudadano y con mayor rotación en su liderazgo.


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