México ha iniciado el 2025 con una transformación que va más allá de un cambio de gobierno o partido en el poder. Bajo el régimen morenista, el país experimenta una redefinición del sistema político, que combina una economía capitalista con un sistema político cerrado y proclive al autoritarismo. La desaparición práctica de la oposición y la instauración de un nuevo régimen de justicia marcan el inicio de una etapa sin precedentes en la historia del país.
Una nueva Constitución de facto: el cambio silencioso
Aunque no ha sido anunciada oficialmente, México parece haber adoptado una nueva constitución a través de reformas legislativas impulsadas por Morena. Este cambio permite al partido gobernante consolidar un sistema político que excluye a las voces opositoras y concentra el poder en un círculo cerrado de aliados y organismos controlados.
Elementos clave del nuevo sistema político
- Prisión preventiva oficiosa:
Se ha convertido en el eje central del sistema de justicia, reemplazando el amparo como la piedra angular del derecho mexicano. Esta figura amplía las facultades de interpretación discrecional de las autoridades, permitiendo encarcelar por sospechas o acusaciones administrativas menores. - Elección popular de jueces y magistrados:
Este modelo prioriza la simulación y la flexibilidad moral en la toma de decisiones judiciales, debilitando la imparcialidad y profesionalismo de las instituciones. - Exclusión política:
Morena ha desplegado una estrategia para eliminar a la oposición, enfocándose especialmente en los estados aún gobernados por otros partidos, como Guanajuato, Chihuahua y Querétaro.
Capitalismos autoritarios: una tendencia global
El sistema que México comienza a consolidar no es único. En países como China, Rusia y Vietnam, economías capitalistas florecen bajo esquemas políticos autoritarios, donde la oposición es inexistente o simbólica.
La relación entre capitalismo y democracia
La noción clásica de que el capitalismo prospera mejor bajo sistemas democráticos está siendo desafiada. Países con economías de mercado altamente controladas han demostrado que es posible generar riqueza sin una democracia plena, aunque con costos sociales y libertades restringidas.
En México, este modelo se adapta a las circunstancias locales, con el narcotráfico, el Ejército y los grandes capitales como actores principales en la negociación del poder.
Los interlocutores del régimen: poder sin urnas
1. Grandes capitales nacionales y extranjeros
Empresas multinacionales y corporaciones mexicanas dominan sectores estratégicos, como energía y telecomunicaciones. Aunque no tienen representación política directa, su influencia es prioritaria debido a su papel en la economía nacional y las relaciones internacionales.
2. Narcotráfico
El narcotráfico, con su capacidad económica y de empleo en regiones marginadas, se posiciona como un interlocutor ineludible. Su influencia se mantiene mediante su capacidad de fuego y control territorial.
3. El Ejército y PEMEX
El Ejército ha sido reforzado como un actor político y económico clave, con un control directo sobre proyectos estratégicos y presupuestos públicos. PEMEX, aunque debilitado en términos productivos, sigue siendo un símbolo de la soberanía nacional.
Morena y el control total: ¿un sistema sin competencia?
Morena ha logrado unificar el poder bajo una estrategia que combina el control político y la exclusión de cualquier oposición real. Al cambiar leyes y aprovechar su mayoría legislativa, el partido busca garantizar su permanencia en el poder sin necesidad de negociar con fuerzas políticas diferentes.
Las implicaciones para la democracia
- Desaparición de contrapesos:
Sin una oposición efectiva, las decisiones del régimen carecen de supervisión o debate. - Concentración de poder:
La centralización elimina la posibilidad de disenso, incluso dentro de los propios aliados políticos de Morena. - Reconfiguración social:
Los cambios legales y constitucionales afectan las libertades individuales, reduciendo la participación ciudadana en la toma de decisiones.
México ante un nuevo paradigma
México comienza el 2025 enfrentando una transformación que redefine sus bases democráticas y económicas. Con una política interna orientada al control absoluto y una economía de mercado dependiente de poderes externos, el país entra en una etapa de incertidumbre donde las reglas del juego ya no parecen ser claras ni inclusivas.
El reto será encontrar un equilibrio entre la necesidad de estabilidad y el respeto a las libertades y derechos ciudadanos. Si bien el régimen morenista ha consolidado su poder, la pregunta que persiste es: ¿hasta dónde llegará este modelo de control antes de enfrentar resistencia desde adentro o desde fuera?
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