El pasado 13 de noviembre, mientras Andrés Manuel López Obrador celebraba su cumpleaños 71, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, lanzó una crítica demoledora hacia la estrategia de seguridad del sexenio lopezobradorista. No fue un desliz ni una coincidencia: sus declaraciones reflejan una postura oficial del gobierno de Joe Biden que pone de manifiesto una relación fracturada y una creciente desconfianza hacia el manejo de la seguridad en México.
“Abrazos, no balazos”: ¿una estrategia fallida?
La política de seguridad de López Obrador, basada en la idea de evitar la confrontación directa con los cárteles, ha sido duramente criticada tanto en México como en el extranjero. Ken Salazar lo dijo sin rodeos: “La estrategia de abrazos, no balazos, no funcionó”.
Datos que sustentan la crítica:
- Más de 200,000 homicidios registrados durante el sexenio.
- Estados como Sinaloa y Chiapas enfrentan niveles de violencia descontrolados.
- Creciente presencia del crimen organizado en amplias zonas del país.
Salazar señaló que, bajo el gobierno de López Obrador, México rechazó la cooperación ofrecida por Estados Unidos para combatir al crimen organizado, una decisión que, según él, agravó la situación.
Un respaldo que eleva la tensión
Tras las declaraciones del embajador, el gobierno mexicano respondió con una nota diplomática de extrañamiento y críticas desde la conferencia matutina de Claudia Sheinbaum, quien cuestionó la coherencia de Salazar.
Sin embargo, el golpe se profundizó al día siguiente, cuando el Departamento de Estado de EE.UU. respaldó al embajador. Vedant Patel, vocero del organismo, enfatizó que la cooperación en seguridad con México sigue siendo una prioridad nacional para Estados Unidos.
El contexto político: la sombra de Donald Trump y Marco Rubio
A la tensión actual se suma la elección de Donald Trump como próximo presidente de EE.UU., quien ya ha dejado claro su descontento con el manejo de la seguridad en México.
Comentarios clave:
- Trump acusó al gobierno mexicano de ser inoperante frente a los cárteles.
- Marco Rubio, próximo secretario de Estado, ha señalado que AMLO entregó territorio mexicano al narcotráfico.
Estas declaraciones auguran una relación más áspera entre ambos países, con posibles medidas unilaterales desde Estados Unidos para presionar a México en temas de seguridad.
¿Qué sigue para México?
El nuevo panorama político plantea desafíos para la administración de Claudia Sheinbaum. Con la estrategia de seguridad lopezobradorista bajo la lupa internacional y crecientes exigencias de cooperación por parte de Estados Unidos, el margen de maniobra del nuevo gobierno es limitado.
Retos principales:
- Redefinir la estrategia de seguridad para recuperar la confianza internacional.
- Establecer un diálogo constructivo con la administración Trump.
- Fortalecer las instituciones de seguridad para enfrentar al crimen organizado de manera efectiva.
Reflexión final: ¿hasta dónde llegará la tensión?
Las declaraciones de Salazar y el respaldo del Departamento de Estado son un recordatorio de que la seguridad en México no solo es un asunto doméstico, sino también una preocupación internacional. El futuro gobierno deberá enfrentar este reto con políticas claras y resultados tangibles para evitar una mayor erosión en las relaciones bilaterales.
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