La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se conmemora cada año el 5 de febrero, una fecha clave para el fortalecimiento de la democracia mexicana y la celebración de los principios fundamentales de la soberanía nacional. Sin embargo, este año la ceremonia del 108 aniversario de la promulgación de la Constitución ha estado marcada por la polémica generada por la decisión de la presidenta Claudia Sheinbaum de no invitar a la mayoría de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Solo tres ministras fueron convocadas a la ceremonia en el Teatro de la República de Querétaro: Lenia Batres Guadarrama, Yasmín Esquivel Mossa y Loretta Ortiz Ahlf, todas consideradas afines al oficialismo. Esta decisión generó una fuerte crítica por parte de Javier Laynez Potisek, ministro de la SCJN, quien en una entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva acusó que quienes no siguen los designios del régimen suelen ser “castigados”. En este artículo exploramos las implicaciones de esta decisión, las reacciones políticas y el contexto que rodea la celebración de un evento tan importante para la unidad de los tres poderes.
La crítica de Javier Laynez: «Quien no sigue al régimen es castigado»
La decisión de Claudia Sheinbaum de invitar únicamente a tres de los once ministros de la SCJN fue calificada por Javier Laynez como una acción que no aporta a la unidad nacional ni a la división de poderes que sostiene la democracia en México. Durante su intervención en el programa de Ciro Gómez Leyva, Laynez expresó que esta decisión es un reflejo de las tensiones que han surgido entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, particularmente en los últimos años.
«Quien no sigue los designios del régimen suele ser castigado o maltratado», señaló el ministro, sugiriendo que este trato a los integrantes del Poder Judicial refleja una estrategia para aislar a aquellos que no se alinean con la agenda política del gobierno. Según Laynez, la ausencia de los ministros en un evento de tal magnitud, como el aniversario de la Constitución, no solo es una afrenta institucional, sino una muestra de desdén hacia la importancia de la unidad y el respeto mutuo entre los tres poderes del gobierno.
La postura de Sheinbaum y su justificación para excluir a la SCJN
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum justificó su decisión de no invitar a la SCJN al señalar que no hubo respeto por parte de los ministros hacia el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. En la mañanera del 4 de febrero, Sheinbaum comentó que, dada la falta de respeto mutuo entre los poderes, se decidió que la celebración del 5 de febrero sería un evento exclusivo del Ejecutivo, sin la participación de la SCJN.
“La Corte también debe respetar al Ejecutivo y al Legislativo y debe respetar a la Constitución”, explicó Sheinbaum. Esta postura está en línea con las diferencias que han existido entre el gobierno de Sheinbaum y la Suprema Corte, especialmente después de episodios como el que ocurrió en el aniversario de la Constitución de 2023, cuando Norma Piña, presidenta de la SCJN, no se levantó al saludo del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador.
La ausencia de la SCJN: un problema para la unidad nacional
La decisión de Sheinbaum de no invitar a la mayoría de los ministros de la Suprema Corte ha generado división y controversia dentro de la clase política mexicana. Muchos analistas y figuras de la oposición han señalado que este tipo de decisiones pueden contribuir a erosionar la institucionalidad y la división de poderes, principios fundamentales para el funcionamiento democrático del país. La Constitución de 1917, que se celebra cada 5 de febrero, establece claramente la independencia de los tres poderes del gobierno, y cualquier intento de unificación o de desdibujar esa separación puede ser visto como un paso atrás en la democracia mexicana.
Emilio Álvarez Icaza, exsecretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), expresó en redes sociales que la decisión de Sheinbaum refleja una desfachatez y una pequeñez política, acusando a la presidenta de heredar las fobias de López Obrador hacia el Poder Judicial.
La importancia de la división de poderes en México
El sistema político de México está basado en la separación de poderes, una característica esencial para evitar la concentración del poder y proteger las garantías individuales de los ciudadanos. La Constitución de 1917, una de las más progresistas de su época, sentó las bases para un Estado de Derecho que, a pesar de sus desafíos, ha sido un referente mundial en términos de derechos humanos y gobernanza.
En este sentido, la ausencia de la SCJN en eventos de relevancia nacional, como el aniversario de la Constitución, no es solo un asunto protocolario, sino que refleja las tensiones políticas que podrían debilitar las instituciones democráticas. Las relaciones tensas entre el Ejecutivo y el Judicial han dado pie a una polarización de la política mexicana, lo que ha generado inquietud en diversas fuerzas políticas y sectores de la sociedad civil que temen por la independencia judicial.
La celebración de la Constitución y su relevancia para el país
El 5 de febrero es una fecha clave para recordar la promulgación de la Constitución de 1917, un documento que sigue siendo la base de las leyes en México y establece los derechos fundamentales de los ciudadanos. La celebración de este aniversario debería ser un momento para reforzar la unidad nacional y recordar los principios que nos unen como nación. Sin embargo, las tensiones entre los poderes del Estado han oscurecido este evento, y algunos observadores sostienen que el gobierno de Sheinbaum está aprovechando este aniversario para acentuar sus diferencias con la Suprema Corte y reducir su influencia en el escenario político nacional.
Un evento que revela las tensiones entre el Ejecutivo y el Judicial
La ceremonia del 108 aniversario de la promulgación de la Constitución fue un reflejo de las profundas diferencias y tensiones políticas entre el gobierno de Claudia Sheinbaum y la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Aunque el evento debería haber sido una celebración de la unidad y el respeto a las instituciones, la ausencia de los ministros ha puesto en evidencia las grietas que existen dentro de las relaciones entre los tres poderes.
Este episodio resalta la importancia de mantener la separación de poderes y garantizar que todas las instituciones gubernamentales operen dentro de los límites que les otorga la Constitución. Al final, lo que está en juego es mucho más que un acto protocolario: se trata del futuro de la democracia mexicana.
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