En septiembre de 2019, un grupo de gobernadores locales rompió filas con la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO), formando un bloque opositor que declaró la guerra política a la administración de Andrés Manuel López Obrador. En un inicio, justificaron su separación por la gestión de la pandemia de COVID-19, pero pronto quedó claro que el verdadero objetivo era un bloque fiscal y político contra la 4T.
Los líderes de esta rebelión fueron figuras emblemáticas:
- Jaime Rodríguez Calderón «El Bronco» (Nuevo León), un independiente autoproclamado ajeno a los partidos tradicionales.
- Miguel Riquelme (Coahuila), priista con larga trayectoria.
- Francisco García Cabeza de Vaca (Tamaulipas), un panista en medio de escándalos legales.
El grupo exigía una redistribución más justa de los recursos federales, argumentando que sus estados “recibían migajas” pese a su aporte económico al país.
Más aliados, más confrontación
En 2020, la lista de inconformes creció. Se sumaron personajes como:
- Enrique Alfaro (Jalisco), quien rápidamente se posicionó como el vocero más vocal y mediático del grupo.
- Diego Sinhue Rodríguez Vallejo (Guanajuato), conocido por sus ataques al gobierno federal en temas de seguridad.
- Silvano Aureoles (Michoacán), quien protagonizó episodios polémicos como presentar supuestas pruebas contra Morena en plena calle.
- Otros como José Rosas Aispuro (Durango) y Martín Orozco (Aguascalientes), quienes hicieron más ruido que acciones efectivas.
Pese a su postura desafiante, AMLO optó por no reunirse con el grupo. Sin ese diálogo, la falta de cohesión interna y el desgaste político llevaron a un declive inevitable.
¿Qué pasó con los líderes rebeldes?
Apenas unos años después, los protagonistas de esta rebelión enfrentan destinos muy distintos:
- Francisco García Cabeza de Vaca: Enfrentado a acusaciones de lavado de dinero y delincuencia organizada, su carrera política está en pausa, mientras enfrenta investigaciones federales.
- Jaime Rodríguez Calderón «El Bronco»: Acusado de desvío de recursos, pasó tiempo detenido y se mantiene alejado de la escena política.
- Silvano Aureoles: Ha intentado mantenerse vigente políticamente, aunque su protagonismo se ha diluido.
- Enrique Alfaro: A punto de dejar el cargo, su legado está marcado por la confrontación constante con AMLO y el desgaste interno de su partido, Movimiento Ciudadano.
El caso de Enrique Alfaro: Protagonismo sin resultados
De todos los gobernadores rebeldes, Enrique Alfaro fue quien más apostó al enfrentamiento con López Obrador. Usó sus redes sociales como tribuna para lanzar críticas, llegando incluso a desafiar directamente al presidente con iniciativas como la controversia constitucional contra el pacto fiscal.
Sin embargo, su administración deja más preguntas que respuestas:
- ¿Logró avances concretos en la negociación de un nuevo pacto fiscal? No.
- ¿Fortaleció la economía y la seguridad de Jalisco? Las cifras indican lo contrario.
- ¿Qué deja a su sucesor, Pablo Lemus? Un estado dividido y con problemas heredados que dificultarán la gobernabilidad.
¿Qué aprendimos de esta guerra política?
El intento de los gobernadores rebeldes por convertirse en un bloque opositor al gobierno federal dejó varias lecciones:
- Sin cohesión, no hay poder real: La falta de unidad interna y objetivos claros debilitó su causa desde el inicio.
- El protagonismo mediático no sustituye los resultados: Alfaro y otros apostaron por las redes y las declaraciones públicas, pero olvidaron construir soluciones viables.
- La política es de largo plazo: En lugar de trabajar en proyectos sólidos, muchos optaron por confrontaciones inmediatas que terminaron desgastándolos.
Un futuro incierto para Jalisco y los estados rebeldes
Con el retiro de Enrique Alfaro a España y el relevo de otros gobernadores, la pregunta que queda es: ¿qué sigue para los estados que protagonizaron esta rebelión?
- Jalisco: Pablo Lemus, el sucesor de Alfaro, enfrenta el reto de reparar las relaciones con el gobierno federal y lidiar con los conflictos heredados.
- Guanajuato: Libia García, nueva gobernadora, tiene que manejar las tensiones generadas por la controversia constitucional presentada por Diego Sinhue en el último momento de su mandato.
Conclusión: Rebeldes sin causa y un legado cuestionable
La rebelión de los gobernadores contra AMLO comenzó como un intento de ganar relevancia y terminó como un ejemplo de las dificultades de enfrentar al gobierno federal sin una estrategia clara. Hoy, con la mayoría de ellos fuera del poder o en declive político, queda claro que la confrontación no siempre es el mejor camino para construir un legado político sólido.
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