En medio de una crisis de inseguridad que ha puesto a Michoacán en el ojo del huracán, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla ha optado por una narrativa polémica: señalar a los estados vecinos como los responsables de la violencia que sacude al territorio a su cargo.
Y es que según su diagnóstico, Guanajuato, Jalisco, Guerrero, Estado de México y Colima son los principales generadores de homicidios y extorsiones que terminan desbordando las cifras en Michoacán.
Sin embargo, esta postura deja más preguntas que respuestas: si la violencia «proviene» de otros estados, ¿por qué no existe una estrategia eficaz para blindar las fronteras y proteger a la población?
Los municipios más golpeados: Una radiografía de la violencia
La realidad de Michoacán va más allá de los discursos. Municipios como Tepalcatepec, Aguililla, Zinapécuaro, Cotija, Coahuayana, Aquila y Zitácuaro enfrentan una escalada de ataques que no solo afectan a la ciudadanía, sino también a las autoridades locales.
La situación es tan crítica que los ataques contra agentes municipales han aumentado en frecuencia y brutalidad, dejando en claro que la estrategia de seguridad en el estado es insuficiente.
- Tepalcatepec y Aguililla: Escenarios recurrentes de enfrentamientos entre cárteles.
- Zinapécuaro y Zitácuaro: Lugares clave por su ubicación estratégica para el crimen organizado.
¿En qué posición está realmente Michoacán?
Ramírez Bedolla intentó dar un giro positivo al panorama al presumir que Michoacán ocupa el lugar 13 a nivel nacional en homicidios. Pero este dato contrasta con cifras del INEGI, que ubican a Michoacán como el quinto estado con mayor percepción de inseguridad entre sus habitantes.
La pregunta clave es: ¿por qué las estrategias actuales no han logrado cambiar esta percepción ni mejorar las condiciones reales en lo que respecta a seguridad?
Michoacán y su historia de violencia: Un reto que Bedolla conocía
Michoacán no es un estado desconocido para los retos de gobernanza. En su historia reciente, la violencia ha dejado huellas imborrables:
- El michoacanazo de 2008: Durante el Grito de Independencia, dos granadas estallaron en pleno centro de Morelia, marcando un punto de inflexión en la violencia nacional.
- Carteles históricos: Michoacán ha sido cuna de grupos delictivos con alta capacidad operativa y económica, como La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios.
Ramírez Bedolla asumió el cargo en un contexto complejo que demandaba estrategias claras y su decisión de culpar a otros estados no resuelve el problema ni atiende las preocupaciones de los habitantes, quienes, cansados de discursos vacíos, esperan resultados tangibles.
Un posible cambio en la estrategia de seguridad
La llegada de Omar García Harfuch como secretario de Seguridad Ciudadana podría significar un giro en la estrategia estatal. Con una trayectoria sólida y experiencia en combatir la violencia organizada, se espera que Harfuch implemente medidas más efectivas que aborden las raíces de la crisis de inseguridad.
Michoacán y los retos de liderazgo
La narrativa de culpar a los vecinos por la violencia en Michoacán solo evidencia la falta de estrategia estatal. Mientras los habitantes siguen padeciendo los efectos de la inseguridad, las autoridades deben reconocer que el problema exige soluciones integrales, no discursos evasivos.
Con la llegada de García Harfuch , el panorama de seguridad en la región podría experimentar cambios significativos. Sin embargo, los resultados dependerán de la voluntad y capacidad de implementar acciones efectivas.
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