La gestión de Gertz comenzó con la promesa de encabezar una Fiscalía General de la República verdaderamente autónoma. Era 2019 y el país estrenaba un nuevo sistema que prometía romper con la herencia de la antigua Procuraduría. Pero conforme pasaron los años, las tensiones crecieron, las críticas se multiplicaron y el nombre del fiscal comenzó a acumular una sombra que terminaría por acompañarlo hasta su renuncia del 27 de noviembre de 2025.
Al inicio, su presencia imponía. A sus 86 años, Gertz Manero empezaba un ciclo que, en teoría, debía durar nueve. Sin embargo, lo que siguió no fue estabilidad, sino una serie de episodios que pusieron a prueba el equilibrio entre el poder político, el judicial y la opinión pública. Y fue así como la gestión de Gertz se convirtió en una de las más polémicas en la historia de la FGR.
Un conflicto familiar que cimbró a la FGR
La historia tomó un giro inesperado cuando estalló el caso de Alejandra Cuevas y Laura Morán. Lo que parecía un conflicto familiar terminó convertido en un proceso penal que exhibió a la institución ante la Suprema Corte. La FGR impulsó una figura inexistente en la ley, la llamada “garante accesoria”, y defendió la acusación hasta las últimas consecuencias.
Pero en 2022 la Suprema Corte frenó todo. Concedió un amparo definitivo, declaró improcedentes las acusaciones y dejó en evidencia un uso indebido del derecho penal. Ese día, el país entendió que la gestión de Gertz no era solo un asunto legal, sino también emocional, personal y profundamente político.
Tensiones con Presidencia y el choque con Scherer Ibarra
Si el caso Cuevas fue un terremoto jurídico, el conflicto con el exconsejero jurídico Julio Scherer Ibarra fue un sismo político. Uno de los hombres más cercanos al presidente acusó al fiscal de tráfico de influencias, mientras la FGR investigaba a abogados allegados a Scherer por presunta extorsión.
Las fricciones entre ambos poderes se hicieron públicas. En Palacio Nacional se hablaba de tensiones. En la Fiscalía, de presiones. Y en la opinión pública, de incertidumbre. Era evidente que la gestión de Gertz se desarrollaba en un terreno de disputa constante.
Investigaciones cuestionadas: Lozoya, Robles y Cabeza de Vaca
En paralelo, la Fiscalía llevó procesos de alto impacto. Emilio Lozoya, Rosario Robles y Francisco García Cabeza de Vaca fueron nombres recurrentes en los titulares. Pero en todos esos casos, jueces federales señalaron inconsistencias, falta de pruebas y errores procesales.
Los audios filtrados de Gertz negociando indirectamente el rumbo del caso Lozoya no ayudaron. Por el contrario, consolidaron la percepción de que la gestión de Gertz mezclaba intereses personales con decisiones institucionales.
El escándalo académico y las propiedades en España
La figura del fiscal también enfrentó críticas por fuera del ámbito penal. Su ingreso al Sistema Nacional de Investigadores en 2021 fue rechazado por académicos, quienes argumentaron que su trayectoria no sustentaba su valoración y que además existían denuncias por presunto plagio en sus obras.
Poco después, un medio español reveló que poseía cuatro propiedades de lujo en ese país, con un valor superior a cinco millones de euros. El dato detonó cuestionamientos sobre la congruencia ética del primer fiscal “autónomo” del país.
Era evidente que la gestión de Gertz ya no podía explicarse sin mencionar su estilo personal, sus decisiones patrimoniales y su relación con el poder.
La renuncia a la FGR y el inicio del relevo
Cuando finalmente renunció, el país ya no se sorprendió. Claudia Sheinbaum reconoció su trabajo, pero admitió que había deficiencias de coordinación entre la FGR y las fiscalías estatales. Era una despedida diplomática, pero también una señal clara: había llegado el final de una era.
Con la formalización de la renuncia comenzó el proceso para elegir un nuevo titular. El Senado abrió la puerta al relevo y la administración federal inició la evaluación de perfiles para encabezar uno de los cargos más delicados del Estado.
El cierre de una etapa y el peso de la gestión de Gertz
Hoy, México evalúa una década marcada por tensiones, controversias y decisiones que definirán la memoria institucional del país. La gestión de Gertz deja un legado discutido, una Fiscalía cuestionada y un relevo que representa más que un simple cambio administrativo: es una oportunidad para redefinir el rumbo de la procuración de justicia en México.


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