El senador Gerardo Fernández Noroña reafirmó que seguirá utilizando taxis aéreos cuando su agenda política así lo exija. En una transmisión en vivo, el legislador de Morena sostuvo que esta decisión no responde a motivos de ostentación, sino a necesidades logísticas y de tiempo, argumentando que los traslados por vía aérea permiten cumplir con compromisos en diferentes regiones del país sin depender de la limitada disponibilidad de vuelos comerciales.
“No es un asunto de comodidad ni de presunción, sino de necesidad. Hay veces que los tiempos no te dan para moverte en vuelos comerciales”, explicó el senador.
La polémica por los vuelos privados de Noroña
La controversia estalló luego de que se difundiera que Noroña rentó una aeronave modelo Socata TBM 850, con un costo estimado de 14 mil dólares (más de 257 mil pesos), para realizar una gira política por el norte de Coahuila.
Durante el trayecto, el legislador recorrió Toluca, Torreón, Piedras Negras y Ciudad Acuña, acompañado de Shamir Fernández y Pilar de Aguinaga.
Pese al costo y las críticas, el senador insistió en que el vuelo no se pagó con recursos públicos, subrayando que las decisiones de transporte no contradicen la política de austeridad republicana del movimiento de la Cuarta Transformación.
“Cuando se requiere un vuelo privado, hay que hacerlo, punto. No hay nada que ocultar”, señaló ante los medios.
Reacciones dentro de Morena y el gobierno federal
Las declaraciones de Noroña mantuvieron el tema en la agenda política nacional, provocando reacciones encontradas dentro de Morena y entre funcionarios del gobierno.
La presidenta Claudia Sheinbaum optó por un tono prudente:
“Cada quien es libre de opinar, y a cada quien lo evaluará la gente”, dijo la mandataria durante su conferencia matutina.
Por su parte, la dirigente del partido, Luisa María Alcalde, llamó a la militancia a evitar confrontaciones públicas internas, mientras que Ricardo Monreal exhortó a la congruencia y responsabilidad individual, recordando que cada funcionario debe responder por sus actos.
Entre la austeridad y la percepción pública
El caso de Fernández Noroña se suma a otras controversias recientes, como la compra de una residencia en Tepoztlán valuada en 12 millones de pesos, y sus viajes en clase ejecutiva al extranjero.
Aunque el senador asegura que sus decisiones son “éticas y transparentes”, la opinión pública continúa dividida, cuestionando si el discurso de austeridad de Morena se sostiene ante estas prácticas.
Aun así, Noroña mantiene su postura firme, defendiendo su forma de trabajo y argumentando que sus acciones responden únicamente a la efectividad política, no al lujo personal.
“Yo no tengo nada que esconder. Cuando sea necesario usar un taxi aéreo, lo usaré. Pero siempre preferiré el vuelo comercial”, concluyó.
Entre la logística política y la imagen pública
El episodio reaviva el debate sobre la coherencia entre el discurso de austeridad y las prácticas cotidianas de los funcionarios públicos.
En tiempos donde la percepción ciudadana define buena parte del capital político, el reto para figuras como Noroña será demostrar que la eficiencia no se contradice con la congruencia.


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