La reforma al Poder Judicial impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha desatado una enorme incertidumbre sobre su efectividad. Aprobada por el partido Morena y sus aliados, esta reforma ha generado cuestionamientos sobre los resultados que se pueden esperar, dada la ausencia de un diagnóstico previo que analizara las verdaderas necesidades del sistema judicial.
La perspectiva de la ministra Norma Piña
En la reciente inauguración de la XIX Asamblea General Ordinaria de la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia, la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña, expresó su preocupación por los efectos impredecibles que traerá la reforma. La ministra destacó que, en este escenario, lo más necesario es un «diálogo abierto y franco», que permita abordar los riesgos y los retos que implica la implementación de un nuevo modelo de elección de jueces y magistrados, tanto a nivel federal como local.
Norma Piña explicó que, sin un diagnóstico claro, es prácticamente imposible prever cómo afectará la reforma a la independencia judicial y al propio ejercicio de la función judicial. «Estamos ante un escenario, prácticamente, sin precedentes a nivel mundial», afirmó Piña, subrayando que aún es incierto el impacto que tendrá en el sistema judicial mexicano.
¿Qué se conoce de la reforma al Poder Judicial?
La reforma al Poder Judicial fue promovida por López Obrador como parte de sus esfuerzos por “transformar” el sistema judicial en México, aludiendo a la necesidad de despolitizarlo y garantizar que los jueces y magistrados estén más comprometidos con la justicia social y no con intereses políticos.
Sin embargo, la propuesta fue criticada por la falta de un diagnóstico exhaustivo sobre las áreas que realmente necesitaban una modificación. De hecho, el gobierno federal reconoció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que la reforma se impulsó sin un estudio previo de las carencias del sistema judicial, lo que generó aún más dudas sobre su viabilidad. La reforma incluye cambios en la manera en que se eligen a los miembros del Poder Judicial, buscando un sistema más democrático y menos centralizado. Pero esta nueva forma de selección, junto con otros cambios propuestos, ha sido vista como un desafío para la estabilidad de la carrera judicial y la autonomía de los jueces, ya que podría abrir la puerta a influencias externas en los procesos de selección.
Un modelo sin garantías claras
La ministra Piña recordó que cualquier reforma que implique un cambio profundo en las instituciones del país debe basarse en un análisis claro y preciso de las necesidades del sistema. El hecho de que la reforma se haya planteado sin dicho diagnóstico ha aumentado la incertidumbre sobre sus posibles resultados.
En palabras de la ministra, como afirmó el profesor Martín Landau, «toda propuesta de política está acompañada de riesgos e incertidumbre». Esto significa que las reformas propuestas por AMLO, aunque bien intencionadas, no pueden considerarse como soluciones definitivas sin antes haber sido evaluadas adecuadamente.
El impacto de la reforma: incertidumbre y riesgo
Este nuevo enfoque de reforma judicial se encuentra, en muchos sentidos, en una etapa experimental. Si bien el gobierno insiste en que se trata de un paso necesario para la “transformación” del país, los operadores del sistema judicial no comparten el mismo optimismo. Muchos magistrados y jueces, quienes en años anteriores apoyaban este tipo de iniciativas, ahora han optado por distanciarse y no participar activamente en las discusiones sobre la reforma.
Este distanciamiento refleja la falta de consenso y la preocupación por los efectos que esta reforma pueda tener en la independencia judicial y en la calidad de la justicia que se imparte en el país.
¿Qué opinan los expertos sobre los resultados de la reforma?
El análisis de expertos como Norma Piña revela que, sin un enfoque claro y bien fundamentado, esta reforma podría generar más problemas que soluciones. La ausencia de un diagnóstico adecuado deja abierta la puerta a que se implementen políticas que, si bien pueden parecer positivas en teoría, no sean eficaces en la práctica.
Además, este tipo de reformas profundas en las instituciones judiciales deben estar basadas en un consenso social amplio y un diálogo entre los diferentes actores del sistema judicial. Sin ello, los riesgos de que se produzcan efectos negativos son altos.
¿Qué futuro aguarda al Poder Judicial?
La reforma al Poder Judicial propuesta por AMLO y aprobada por Morena y sus aliados sigue siendo un tema de gran debate en México. Aunque tiene como objetivo una “transformación” profunda del sistema judicial, la falta de diagnóstico adecuado y la incertidumbre sobre los resultados de la reforma dejan muchas dudas sobre su eficacia y su impacto en la independencia judicial.
A medida que se vayan implementando los cambios propuestos, será crucial observar cómo afectan a la carrera judicial, a la imparcialidad de los jueces y, en última instancia, a la justicia en México. Mientras tanto, la necesidad de un diálogo abierto y reflexivo sobre estos temas se mantiene como una prioridad para la SCJN y para todos los operadores del sistema judicial.
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