En las últimas semanas, México ha sido testigo de una decisión histórica que pone en jaque su democracia: la desaparición de siete organismos autónomos clave.
En medio de discursos que justifican estas reformas como una medida contra la corrupción y el ahorro presupuestal, se oculta un objetivo mucho más profundo: centralizar el poder en un Estado con tintes autoritarios.
¿Por qué surgieron los organismos autónomos? Un vistazo a la historia democrática
Los organismos autónomos en México nacieron como una respuesta a la falta de credibilidad en un Estado controlado por un partido único. Instituciones como el Instituto Federal Electoral (IFE) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) surgieron como garantes de procesos democráticos y derechos ciudadanos.
Estas entidades permitieron la transición democrática en los años 90, limitando el abuso de poder y ofreciendo contrapesos necesarios para una gobernanza equilibrada.
Los organismos eliminados y su impacto en la democracia
Las instituciones eliminadas incluyen:
- INAI: Protegía la transparencia y acceso a la información pública.
- CONEVAL: Evaluaba la política social para combatir la pobreza.
- COFECE: Garantizaba la competencia económica justa.
- IFT: Regulaba telecomunicaciones y medios.
- Mejoredu: Promovía la mejora continua en educación.
- CRE y CNH: Supervisaban el sector energético.
La desaparición de estas instituciones no significa un ahorro presupuestal, ya que sus funciones serán absorbidas por dependencias del gobierno central. Más bien, su eliminación centraliza el control y elimina los contrapesos fundamentales que garantizan la imparcialidad y la protección de derechos ciudadanos.
Regreso al modelo de partido único: riesgos para el futuro de México
La desaparición de los organismos autónomos nos recuerda los días oscuros previos a la transición democrática, cuando el poder absoluto recaía en un partido único. Los ciudadanos eran invisibles frente a las decisiones gubernamentales y carecían de mecanismos para exigir rendición de cuentas.
Ahora, con estas reformas, México enfrenta:
- Centralización del poder.
- Debilitamiento de la democracia.
- Mayor opacidad en la toma de decisiones.
Construir de nuevo la democracia: el camino de la resistencia ciudadana
La democracia mexicana ha enfrentado retrocesos antes, como las elecciones de 1988. Sin embargo, la ciudadanía logró forjar un cambio a través de la movilización y la exigencia de contrapesos.
Hoy, más que nunca, es crucial recordar que la participación activa de la sociedad puede transformar la historia. Recuperar los contrapesos y la transparencia es una lucha que México ha enfrentado antes y que puede ganar nuevamente.
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