Después de seis años de trabajo dentro de Movimiento Ciudadano, hoy cierro un capítulo lleno de aprendizajes y retos. Estos años me permitieron observar de cerca las carencias que enfrenta gran parte de nuestra población, muchas veces ignoradas por la lucha de egos en las altas esferas del poder.
La política en México, lejos de ser un motor para el cambio, se convierte en un reflejo de las prioridades de quienes la encabezan. La empatía y el compromiso genuino suelen quedar en segundo plano, relegados por intereses personales. Esta realidad, aunque dura, reafirmó mi deseo de contribuir a un México más justo y próspero.
La decisión de cambiar de trinchera
Hoy decido dar un paso al lado en mi carrera política. Esta pausa no significa abandonar la lucha por un mejor país, sino transformarla. Mi enfoque estará en la iniciativa privada, donde creo firmemente que puedo generar un impacto positivo y tangible al fomentar empleo y desarrollo económico.
Mi experiencia en la política me enseñó que los cambios reales no siempre provienen del poder público. Muchas veces, las acciones más significativas ocurren lejos del centro del escenario, desde la determinación de quienes, desde lo privado, contribuyen a construir una sociedad más equitativa.
¿Por qué la iniciativa privada es clave para el cambio?
El sector privado tiene un papel crucial en la transformación social. Cada empresa que genera empleo contribuye al bienestar de cientos de familias. Cada proyecto exitoso puede traducirse en desarrollo comunitario, educación y acceso a una vida digna.
En lugar de esperar soluciones desde arriba, elijo construirlas desde abajo. Este cambio de enfoque me permitirá colaborar directamente con las personas, crear oportunidades y contribuir al tejido social de forma concreta.
La política transformadora trasciende los cargos públicos
La verdadera política no se limita a los cargos ni a las instituciones. Se trata de comprometerse con el bienestar colectivo desde cualquier lugar. Mi salida de la política no es una despedida definitiva, sino una transición hacia un espacio donde puedo continuar siendo un agente de cambio.
Estoy convencido de que, ya sea desde la política, el sector privado o la sociedad civil, cada uno de nosotros tiene la capacidad de marcar una diferencia.
Un nuevo comienzo lleno de posibilidades
Aunque este es el cierre de un ciclo, también es el inicio de uno nuevo. Llevo conmigo la esperanza de que, desde esta nueva trinchera, podré aportar mi granito de arena para construir el México que todos soñamos.
Las lecciones aprendidas en Movimiento Ciudadano seguirán siendo una brújula en mi camino. Ahora, mi energía estará enfocada en crear un impacto positivo desde la iniciativa privada, demostrando que el cambio es posible desde cualquier ámbito.
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