El gobierno de Claudia Sheinbaum ha comenzado a deslindarse del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, quien enfrenta una crisis de seguridad, corrupción y descontento social.
Fuentes gubernamentales aseguran que la instrucción desde Palacio Nacional es retirar el apoyo de forma sigilosa. La razón: evitar que Sinaloa se convierta en el “Ayotzinapa” de la 4T, con un colapso político y social que podría convertirse en una crisis nacional.
En el gobierno federal hay consenso sobre la necesidad de su renuncia. La pregunta no es si sucederá, sino cuándo y bajo qué condiciones se ejecutará su salida.
Sinaloa, en el epicentro de la crisis de seguridad
Sinaloa es un estado clave para la seguridad nacional y las relaciones con EE.UU.. La guerra entre grupos del crimen organizado ha eclipsado los esfuerzos de las fuerzas federales, que han logrado capturar a algunos objetivos prioritarios.
Problemas que han hundido la gestión de Rocha Moya:
- Auge de la violencia y guerra entre cárteles.
- Corrupción y desvío de recursos públicos.
- Negocios irregulares de su familia en el gobierno.
- Desgaste político dentro de Morena y conflictos con Sheinbaum.
El silencio oficial sobre la crisis en Sinaloa ha preocupado a las agencias de inteligencia estadounidenses, que monitorean de cerca la situación.
Corrupción y negocios familiares: el clan Rocha Moya
Desde su llegada al poder, Rubén Rocha Moya se enfocó en fortalecer los negocios de su familia. Sus hijos Eneyda, Rubén, Ricardo y José Jesús Rocha Ruiz han obtenido contratos millonarios con el gobierno estatal.
Empresas ligadas a la familia Rocha:
- Chocosa Ranch
- Grupo Rofcar
- Agronegocios y Servicios el Águila del Norte
- Constructora Chocosa
- A&R Inyecta Soluciones
- A&R Soluciones y Estadísticas
- Construcciones Suaqui
Se estima que los contratos suman al menos 70 millones de pesos en los últimos 10 años. El gobierno federal ya tomó nota de estas irregularidades, lo que aceleró la decisión de retirarle el apoyo político.
El error de Rocha Moya: apostar contra Sheinbaum
Otro factor clave en su caída ha sido su oposición abierta a la candidatura de Claudia Sheinbaum dentro de Morena.
Durante la contienda interna, Rocha Moya fue un fuerte promotor de Adán Augusto López, quien aún intenta protegerlo desde el Senado. Sin embargo, con el cambio de liderazgo en el país, su margen de maniobra se redujo drásticamente.
¿Quién lo protege aún?
Adán Augusto López, desde el Senado.
Ricardo Monreal, por su conflicto con Sheinbaum.
Sin embargo, la presión interna y externa sobre Rocha Moya es insostenible.
El plan de salida: fuerzas federales toman el control de Sinaloa
El gobierno federal ya tiene un plan en marcha para remplazar a Rocha Moya.
Estrategia en curso:
- Las fuerzas federales han aumentado su presencia en Sinaloa.
- Omar García Harfuch lidera la operación de control en el estado.
- El proceso de sucesión ya está en marcha para una transición sin sobresaltos.
El gobernador ya no tiene margen de negociación. La orden es clara: debe irse antes de que la crisis escale aún más.
Rocha Moya y su conexión con el crimen organizado
Uno de los episodios más oscuros de su gestión fue su presunta reunión con Ismael “El Mayo” Zambada en julio de 2023, supuestamente para facilitar su captura por autoridades estadounidenses.
Según reportes de inteligencia, Rocha Moya siguió órdenes de los hijos de “El Chapo” Guzmán, quienes han colaborado con EE.UU. en los últimos años.
Este episodio ha hundido aún más su imagen y lo ha puesto en la mira de investigaciones internacionales.
Ahora, su salida es una medida de control de daños para evitar que el caso escale a nivel global.
Rocha Moya, una salida inevitable
La renuncia de Rubén Rocha Moya es cuestión de tiempo.
El gobierno de Sheinbaum no permitirá que Sinaloa se convierta en un foco de crisis para la 4T. La violencia, la corrupción y las tensiones con EE.UU. han sellado su destino.
Puntos clave:
- El gobierno federal ya retiró su apoyo.
- Las fuerzas federales están tomando el control de Sinaloa.
- Las investigaciones por corrupción lo han debilitado.
- Su salida es la única opción viable.
El segundo piso de la 4T no puede darse el lujo de cargar con un gobernador caído en desgracia.
Su tiempo ha terminado.
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