En el corazón del sureste mexicano, Tabasco, cuna del presidente López Obrador y bastión clave para Morena, una serie de conflictos políticos internos sacuden al partido que lidera la Cuarta Transformación. Javier May Rodríguez, actual gobernador del estado, y Adán Augusto López Hernández, coordinador de los senadores morenistas, han escalado una pugna que trasciende lo local y que podría impactar el panorama político nacional.
La división entre estos dos grupos, encabezados por May y López, no solo pone en evidencia las fracturas internas de Morena, sino que también subraya el reto de mantener cohesión en un partido dominante que enfrenta su propia diversidad de intereses y lealtades.
Un choque de titanes: May vs. López
El conflicto se intensificó con declaraciones incendiarias del gobernador May, quien, en una conferencia de prensa reciente, insinuó vínculos entre la administración de Adán Augusto y el narcotráfico, haciendo alusión a “La Barredora”, un grupo delictivo que supuestamente operó durante la gestión de López como gobernador de Tabasco.
Cuando los reporteros preguntaron al senador López sobre estas acusaciones, este evitó entrar en detalles, limitándose a señalar que no opinaba sobre asuntos que desconocía. Sin embargo, la tensión quedó en el aire, alimentada por el intercambio indirecto de acusaciones y el visible distanciamiento entre ambos políticos.
Los daños colaterales: funcionarios federales en el fuego cruzado
Las rivalidades locales no se quedan en el ámbito estatal. En un ejemplo reciente, el gobernador May boicoteó un evento oficial del director de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, ignorando por completo la importancia estratégica de la petrolera para la economía tabasqueña. Este gesto no solo fue percibido como un desaire a Pemex, sino también como un mensaje claro al gobierno federal, en el que Rodríguez representa a la presidenta Claudia Sheinbaum.
A esto se suma otro incidente en el que el representante de la Secretaría de Turismo, enviado a un evento en Tabasco, fue excluido del programa oficial por su pasado cercano a Adán Augusto López. Estas actitudes reflejan cómo los conflictos internos se traducen en tensiones que afectan la relación entre el estado y el gobierno federal.
Impacto en la Cuarta Transformación y en los ciudadanos
Los enfrentamientos en Morena Tabasco no son solo pleitos personales; también afectan la percepción pública de un partido que se presenta como unificador. La política local debería estar enfocada en atender problemas estructurales como la violencia del narcotráfico, la desigualdad y la necesidad de fortalecer la infraestructura económica y social del estado.
Sin embargo, las divisiones internas desvían la atención de estas prioridades, poniendo en jaque la credibilidad del partido en uno de sus principales bastiones. Tabasco, que depende en gran medida de las actividades de Pemex y de proyectos emblemáticos como el Tren Maya, no puede permitirse este tipo de conflictos en momentos críticos para su desarrollo.
¿Qué sigue para Morena en Tabasco?
El conflicto entre May y López deja claro que la unidad en Morena es una asignatura pendiente. En un año electoral crucial para la continuidad de la 4T, la forma en que el partido maneje estas fracturas internas será determinante no solo para Tabasco, sino para el proyecto político de la Cuarta Transformación.
La pregunta clave es si los liderazgos locales podrán superar sus diferencias para enfocarse en las necesidades reales de los ciudadanos, o si estos enfrentamientos continuarán socavando la confianza en Morena como una fuerza transformadora.
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