En un movimiento que contrasta con la política exterior de su antecesor, Claudia Sheinbaum asistió a la Cumbre del G20 que se llevó a cabo en Río de Janeiro, Brasil. La decisión de estar presente no fue solo un acto simbólico, sino una muestra clara de que su gobierno priorizará la integración de México en los grandes foros internacionales.
Debes de saber que Sheinbaum no llegó con las manos vacías. Entre sus propuestas destacó la implementación global de Sembrando Vida, un programa insignia de la 4T con el cual busca combatir el cambio climático y la desigualdad social mediante la reforestación y el empleo rural. Este gesto no solo refuerza el legado de López Obrador, sino que posiciona a México como un actor propositivo en la agenda ambiental global.
De la ausencia al protagonismo: Un cambio de rumbo
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador se caracterizó por minimizar la importancia de los foros internacionales, dejando vacíos en espacios clave como el G20. En su lugar, se priorizó una política exterior discreta, basada en la máxima de que “la mejor política exterior es la interior”.
Sin embargo, esta postura aislacionista tuvo un costo:
- Pérdida de influencia en la toma de decisiones globales.
- Ausencia en temas clave como el cambio climático y la cooperación económica.
- Menores oportunidades de encuentros bilaterales estratégicos.
En cambio, Sheinbaum parece decidida a revertir esta tendencia. Su presencia en la cumbre no solo marcó un regreso a la “primera división” diplomática, sino que también dejó claro que su administración busca un equilibrio entre política interior y exterior.
Una agenda intensa: Los encuentros bilaterales clave
Durante su participación en el G20, Sheinbaum aprovechó cada minuto para fortalecer alianzas estratégicas. En menos de 24 horas, sostuvo reuniones con:
- Joe Biden (Estados Unidos): Reafirmación de la cooperación en comercio y migración.
- Xi Jinping (China): Exploración de oportunidades en infraestructura y energías renovables.
- Emmanuel Macron (Francia): Colaboración en temas culturales y ambientales.
- Lula Da Silva (Brasil): Intercambio de experiencias en políticas sociales.
- Gabriel Boric (Chile) y Gustavo Petro (Colombia): Consolidación de una agenda progresista en América Latina.
- Justin Trudeau (Canadá): Fortalecimiento del T-MEC y proyectos binacionales.
Estos encuentros subrayan la importancia de estar presente en los foros globales, donde las relaciones bilaterales pueden abrir puertas para proyectos conjuntos y negociaciones cruciales.
La Cancillería y un inicio con el pie derecho
El equipo liderado por Juan Ramón de la Fuente, como canciller, ha comenzado su gestión con pasos firmes. Desde el reconocimiento temprano del triunfo de Donald Trump en Estados Unidos hasta la asistencia al G20, todo indica que la política exterior buscará mantener una postura activa y estratégica.
La decisión de Sheinbaum de acudir al G20 es más que un acto político, es una declaración de intenciones. México no puede permitirse el lujo de autoexcluirse de los debates globales, y su gobierno parece estar decidido a ocupar el lugar que le corresponde.
El reto de enfrentar un mundo en transformación
La política exterior de México, sin embargo, enfrentará desafíos significativos en los próximos años:
- El regreso de Donald Trump: Si Trump regresa a la Casa Blanca en 2025, México deberá lidiar con un líder impredecible y una agenda proteccionista.
- Cambio climático: Convertir a Sembrando Vida en un programa global requerirá financiamiento y alianzas internacionales sólidas.
- Geopolítica global: Mantener un equilibrio entre las relaciones con Estados Unidos y China será clave para evitar tensiones diplomáticas.
Miguel Torruco Garza: ¿La nueva cara de México en Washington?
Se rumorea que Miguel Torruco Garza, hijo del exsecretario de Turismo, podría ser designado embajador de México en la ciudad de Washington. Aunque su perfil ha generado dudas, también plantea preguntas interesantes:
- ¿Podría manejar las tensiones con un posible gobierno de Trump?
- ¿Cuenta con la experiencia para negociar en uno de los contextos más complejos del mundo?
- ¿Es una decisión impulsada por Palacio Nacional o un movimiento estratégico de la Cancillería?
Si bien su designación aún no es oficial, será fundamental contar con un representante capaz de equilibrar las relaciones bilaterales en un momento tan crucial.
Un regreso necesario al escenario internacional
Claudia Sheinbaum ha dado un primer paso firme hacia la reconstrucción de la política exterior mexicana. Su participación en el G20 envía un mensaje claro: México está dispuesto a asumir un rol activo en la agenda global.
Aunque los desafíos son enormes, este cambio de rumbo es una oportunidad para recuperar influencia y construir alianzas estratégicas. La clave estará en mantener un equilibrio entre las prioridades internas y las demandas internacionales.
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