En la mañana del 22 de noviembre de 2024, durante una conferencia de prensa en Palacio Nacional, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sorprendió a los medios al anunciar que su gobierno estaba trabajando en un plan para sustituir las importaciones provenientes de China.
Este anuncio se enmarca dentro de las intensas negociaciones del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) que se discutirán en 2025, cuando se evaluará la relación de México con China y las implicaciones para el comercio de América del Norte.
El contexto económico: T-MEC y la relación con China
Con la cercanía de la revisión del T-MEC, Claudia Sheinbaum abordó un tema que ha generado inquietud entre los países miembros del acuerdo, especialmente Canadá. Recientemente, autoridades de Ontario y Alberta expresaron su preocupación por la estrecha relación comercial de México con China. En este contexto, la mandataria mexicana defendió que, aunque el país asiático ha sido un socio importante para México, el gobierno mexicano está comprometido con la idea de fortalecer la producción nacional.
El plan anunciado busca reducir las importaciones de productos chinos mediante la inversión en la industria mexicana, alentando la fabricación local de productos que históricamente han sido importados, como electrodomésticos, automóviles, y productos electrónicos. A pesar de este enfoque, Sheinbaum destacó que las relaciones con otros países, especialmente con los miembros de la Unión Europea, seguirán siendo clave para diversificar las importaciones y fortalecer los acuerdos internacionales.
El impacto del oplan para sustituir importaciones Chinas
El plan de Sheinbaum está diseñado para ser ejecutado por las secretarías de Hacienda y Economía, quienes están trabajando en las políticas necesarias para fomentar la producción nacional. Durante su intervención, la presidenta mencionó ejemplos específicos que ilustran cómo las importaciones chinas han sido minimizadas en productos fabricados en México.
Un caso relevante fue el de los automóviles fabricados en el país, donde sólo el 7% de su contenido proviene de China. De hecho, Sheinbaum mostró una gráfica comparativa que detalló cómo los automóviles exportados a Estados Unidos tienen un contenido mínimo de productos chinos (9%), una cifra significativamente baja que demuestra el éxito de las políticas de sustitución.
El mensaje de Sheinbaum también hace eco del deseo de fortalecer la independencia económica de México. Esto no significa cerrar puertas a China, pero sí garantizar que el país pueda mantener su competitividad sin depender de productos que pueden ser sujetos a fluctuaciones del mercado internacional.
Reacciones internacionales: El papel de Canadá y Estados Unidos
La postura de Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, también fue mencionada durante la conferencia. Trudeau ha expresado que está dispuesto a continuar con el T-MEC, siempre y cuando México no siga sus relaciones con China de manera que perjudiquen los intereses de América del Norte. Sheinbaum aclaró que el objetivo de México es continuar con los acuerdos en el marco del T-MEC, sin dejar de diversificar sus alianzas comerciales.
¿Qué implica este cambio para el futuro económico de México?
El anuncio de la presidenta refleja un cambio estratégico importante para el país, que no sólo busca enfrentar los desafíos derivados de la competencia económica con China, sino también fortalecer su presencia en el mercado global. Para México, esto implica una oportunidad de inversión en innovación tecnológica, en sectores clave como la automotriz, electrónica, y energía renovable.
Es importante recordar que el mercado mexicano sigue siendo uno de los principales centros de manufactura en América Latina, y con estos esfuerzos por disminuir las importaciones chinas, México podría volverse aún más competitivo a nivel regional e internacional.
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