La Unión Europea (UE) volvió a marcar distancia respecto a las recientes acciones militares de Estados Unidos en el Caribe, calificadas por organismos internacionales como posibles violaciones al Derecho Internacional. En el marco de la IV Cumbre CELAC-UE, celebrada en Santa Marta, Colombia, la alta representante de la diplomacia europea, Kaja Kallas, reiteró la posición “clara y firme” del bloque comunitario, subrayando que el uso de la fuerza solo puede justificarse bajo circunstancias específicas reconocidas por la Carta de las Naciones Unidas.
El tema ha generado fuertes tensiones en la agenda del encuentro, donde participan más de cuarenta países de América Latina, el Caribe y Europa, junto con veinte organismos internacionales. Las delegaciones trabajan contrarreloj para emitir una declaración conjunta que refleje el consenso entre las regiones sobre el uso de la fuerza y el respeto al Derecho Internacional Humanitario.
La postura europea ante los ataques de Estados Unidos
Durante su intervención, Kaja Kallas, alta representante de la Política Exterior de la Unión Europea, fue enfática al recordar que “solo se puede usar la fuerza por autodefensa o por resolución del Consejo de Seguridad de la ONU”. La funcionaria hizo alusión directa a los ataques estadounidenses contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico, acciones que han dejado alrededor de 70 muertos en aguas del Caribe y que han sido condenadas por Naciones Unidas y múltiples organizaciones humanitarias.
Según la diplomática, la UE defiende una “política exterior basada en reglas”, en contraste con operaciones unilaterales que “socavan el orden jurídico internacional”. En palabras de Kallas, “Europa no puede permanecer indiferente cuando el uso de la fuerza excede los límites de la legalidad internacional. Lo que ocurre en el Caribe sienta un precedente peligroso”.
Estas declaraciones se producen en medio de una creciente presión internacional para que Washington explique los fundamentos legales y humanitarios de las operaciones, las cuales se habrían realizado sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU.
La CELAC busca consenso frente a la crisis
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) ha adoptado un papel central en la discusión, proponiendo un frente común regional que condene la violencia y promueva el respeto a la soberanía marítima de los países afectados. En la cumbre participan líderes de México, Brasil, Argentina, Colombia, España, Francia y Alemania, entre otros.
Fuentes diplomáticas confirmaron que la declaración final podría incluir un llamado a la moderación militar y a la creación de un mecanismo de monitoreo conjunto para evaluar las operaciones en el Caribe, donde los supuestos ataques a “narcolanchas” han despertado preocupación por el uso desproporcionado de la fuerza.
Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han documentado casos en los que los bombardeos habrían impactado embarcaciones civiles, calificando los hechos como “ejecuciones extrajudiciales”. Ante ello, la CELAC ha pedido a la ONU abrir una investigación independiente que determine responsabilidades.
El tema amenaza con generar fricciones diplomáticas entre Washington y varios países latinoamericanos que, aunque aliados comerciales, han cuestionado abiertamente las tácticas estadounidenses bajo el argumento de que “la lucha contra el narcotráfico no puede justificar violaciones al Derecho Internacional”.
Europa refuerza su papel como mediadora global
La intervención de la UE en esta controversia refleja su intención de consolidarse como actor mediador entre las potencias globales y las regiones afectadas por conflictos. La postura de Kaja Kallas se alinea con la política exterior europea de promover la legalidad, la diplomacia preventiva y la cooperación multilateral.
En ese sentido, la funcionaria destacó que la Cumbre CELAC-UE no solo busca resolver tensiones actuales, sino reforzar los vínculos birregionales en torno a temas como la seguridad marítima, la lucha contra el narcotráfico y la defensa de los derechos humanos.
Europa pretende proyectar una imagen de equilibrio frente a las tensiones globales: mientras Estados Unidos actúa de forma directa en operaciones militares, la UE apuesta por el diálogo y la legalidad internacional como herramientas para la resolución de conflictos.
Una cumbre marcada por el debate ético y jurídico
El encuentro en Santa Marta se desarrolla en un clima político delicado, donde la credibilidad de las instituciones internacionales vuelve a estar en el centro del debate. La cuestión principal que domina la cumbre es si los ataques militares de EE. UU. pueden considerarse legítimos bajo los estándares del Derecho Internacional Humanitario.
Mientras tanto, diplomáticos europeos y latinoamericanos buscan una respuesta coordinada que reafirme el compromiso de ambos bloques con la paz, la soberanía y el respeto al marco jurídico global.
La IV Cumbre CELAC-UE ha puesto sobre la mesa una de las discusiones más sensibles de los últimos años: el uso unilateral de la fuerza por parte de Estados Unidos en el Caribe y sus implicaciones legales y humanitarias.
La Unión Europea, a través de Kaja Kallas, ha reafirmado que solo dos principios permiten el uso de la fuerza: la autodefensa legítima y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Su mensaje, respaldado por los países miembros de la CELAC, refuerza la necesidad de mantener el orden internacional basado en reglas y de preservar la soberanía de los Estados frente a acciones unilaterales.
En medio de un escenario geopolítico tenso, la voz de la diplomacia europea podría convertirse en un factor clave para impulsar una respuesta conjunta, equilibrada y legalmente sustentada ante los excesos militares en la región.


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