Una crisis política de gran magnitud sacude a Morena. Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad de Tabasco durante la gubernatura de Adán Augusto López, se encuentra prófugo con una orden de aprehensión por liderar el grupo criminal «La Barredora».
El senador y figura clave de Morena, Adán Augusto López Hernández, se encuentra en el centro de un escándalo que pone a prueba la promesa de «cero impunidad» del partido en el poder. Su exjefe de policía en Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, es ahora un fugitivo de la justicia, con una orden de aprehensión vigente por presuntamente ser el líder de la organización criminal «La Barredora», dedicada a la extorsión, el secuestro y el tráfico de combustible.
Las Acusaciones: De Jefe Policiaco a Líder de Cártel
Los cargos que enfrenta Bermúdez Requena son de la máxima gravedad. La Fiscalía General del Estado de Tabasco lo persigue por los delitos de asociación delictuosa, extorsión y secuestro. Investigaciones periodísticas y de las autoridades lo vinculan directamente con el control de actividades de «huachicol» (robo de combustible) y cobro de piso en la entidad.
El hecho de que la investigación en su contra estuviera activa desde 2024, según confirmó el secretario de Seguridad Ciudadana federal, Omar García Harfuch, agrava la situación política de Adán Augusto López. La pregunta que resuena en los pasillos del poder es ineludible: ¿Qué sabía el entonces gobernador sobre las actividades de su secretario de seguridad y desde cuándo?
Morena en Crisis: “Cero Impunidad” vs. Cerrar Filas
El escándalo ha provocado una visible fractura dentro del partido gobernante. Por un lado, la dirigencia nacional, encabezada por Luisa María Alcalde, ha adoptado la postura oficial de «cero impunidad», asegurando que la investigación llegará hasta sus últimas consecuencias y que «no hay encubrimiento en los gobiernos de Morena».
«Claro que es desafortunado que un secretario de Seguridad Pública haya estado vinculado con temas delictivos. ¡Pues claro que es! A nadie nos gusta como morenistas.» – Arturo Ávila, vocero de Morena.
Sin embargo, esta postura contrasta fuertemente con la reacción del grupo parlamentario de Morena en el Senado. En un comunicado, los senadores han «cerrado filas» en torno a su coordinador, Adán Augusto López, destacando su «honorabilidad» y su paso «ejemplar» por el servicio público. Esta defensa corporativa choca de frente con la promesa de no proteger a nadie.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha mantenido una línea cautelosa pero firme, afirmando que la carpeta de investigación sigue abierta y que su gobierno «no va a cubrir absolutamente a nadie», dejando que sea el Poder Judicial quien determine las responsabilidades.
Este caso se ha convertido en la primera gran prueba para la cohesión y los principios del morenismo en la era post-López Obrador. La forma en que el partido resuelva esta contradicción interna —entre la lealtad a una de sus figuras más poderosas y la obligación de rendir cuentas ante la ciudadanía— definirá su credibilidad y su futuro político.
TE PODRÍA INTERESAR