El zoológico de Aalborg, en Dinamarca, desató una tormenta en redes sociales y medios internacionales tras publicar una inusual petición: solicitan donaciones de mascotas vivas —como conejos, cobayas, gallinas e incluso caballos pequeños— para alimentar a sus grandes depredadores. A cambio, ofrecen deducciones fiscales.
La institución afirma que esta medida busca replicar las condiciones naturales de alimentación de especies como leones, linces, tigres o incluso osos polares. Pero para millones de personas, se trata de una práctica cruel que rompe límites éticos inaceptables.
“Ley de vida” o estrategia insensible: el argumento del zoológico
Henrik Vester Skov Johansen, director del zoológico, defendió públicamente la decisión:
“Hay muchas personas que pierden el interés por sus mascotas, y en esos casos, podemos ayudarlas a dejar atrás el sufrimiento que implica tener un gato”.
Desde la institución aseguran que los animales donados son sacrificados humanamente por personal capacitado, bajo estrictos controles sanitarios. Nada se desperdicia. Incluso, se les da carne de caballo congelada a los osos polares para garantizar su salud.
Thea Loumand Faddersbøll, zoóloga del centro, explicó que muchas donaciones vienen de personas con sobrepoblación de conejos o dueños de caballos viejos o heridos. Según sus datos, solo este año ya han recibido 137 conejos.
Incentivo fiscal: ¿solución o incentivo peligroso?
Además del argumento biológico, el zoológico ofrece una compensación fiscal:
Los dueños pueden deducir impuestos a razón de 5 coronas danesas por kilo (unos 0,67 euros). Pero deben presentar identificación, documentación sanitaria del animal y, en el caso de los caballos, demostrar que no superan 1,47 metros de altura.
Horarios para la entrega de mascotas:
Lunes a viernes
10:00 a 13:00
Máximo de 4 animales por día sin cita previa
Para entregas mayores, es necesario agendar una cita.
Redes sociales estallan: de la indignación a la resignación
La controversia estalló cuando el zoológico publicó una imagen de un gato montés con la boca abierta, acompañada por un enlace a la página de donaciones. Las reacciones no tardaron:
“Invento enfermizo”, “Mentalidad perversa” y “Los animales no son recursos”
Miles de usuarios condenaron lo que consideran una cosificación de las mascotas, alertando sobre el riesgo de normalizar la entrega de animales queridos como simple alimento.
Una práctica común… pero desconocida
En contraste, otras voces defendieron la medida. Un donante relató que entregar su caballo fue una “experiencia tranquila”, asegurando que el personal lo trató “de maravilla”. “Mejor eso que abandonarlo en el bosque”, señaló.
Pia Nielsen, subdirectora del zoológico, subrayó que alimentar a los depredadores con presas enteras es clave para su salud física y mental:
“Necesitan carne con pelo, huesos y todo lo demás. Es una práctica habitual en Dinamarca y muchos la entienden como una forma de contribuir”.
Sin embargo, también reconoció que la publicación provocó una “tormenta emocional” inesperada:
“Entendemos que la publicación despierta sentimientos, pero la retórica de odio es innecesaria”.
Debate ético en el corazón de Europa
La polémica ha reabierto un viejo dilema:
¿Hasta qué punto estamos dispuestos a aplicar la lógica salvaje de la naturaleza en entornos controlados?
¿Es justo entregar mascotas domesticadas, aunque no deseadas, como alimento?
¿Qué responsabilidad ética tienen los zoológicos al fomentar este tipo de intercambios?
Mientras unos defienden la medida como una solución práctica y natural, otros la tachan de inhumana y utilitarista, encendiendo un debate global que no parece tener una respuesta fácil.


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