Hamás e Israel completaron este martes el sexto intercambio de rehenes por prisioneros, en medio de tensiones y amenazas de ruptura del acuerdo de tregua. Este canje permitió la liberación de tres rehenes israelíes y 369 prisioneros palestinos, marcando un nuevo capítulo en el frágil proceso de paz en la región.
El canje de rehenes: un paso adelante en medio de la incertidumbre
El grupo islamista Hamás liberó a tres rehenes israelíes: Iair Horn, de origen argentino; Alexander Trufanov, ruso-israelí; y Sagui Dekel-Chen, de ascendencia estadounidense. La ceremonia se llevó a cabo en Jan Yunis, al sur de Gaza, bajo un clima de tensión y simbolismo político. Antes de ser entregados a la Cruz Roja, los rehenes pidieron en hebreo que se respetaran todas las fases del alto el fuego, reflejando las preocupaciones sobre la continuidad de la tregua.
Por su parte, Israel liberó a 369 prisioneros palestinos, de los cuales 333 fueron enviados a Gaza, 25 deportados a países como Egipto, Turquía y Malasia, y otros trasladados a Cisjordania y Jerusalén Este. La liberación fue celebrada con júbilo en Gaza y Ramala, aunque algunos gestos simbólicos, como el uso de camisetas con la estrella de David, generaron protestas entre los liberados.
Tensiones y amenazas de ruptura de la tregua
A pesar del éxito del sexto intercambio, la tregua sigue en peligro. Hamás ha acusado a Israel de incumplir aspectos clave del acuerdo, especialmente en lo que respecta a la entrega de ayuda humanitaria a Gaza. Además, el presidente estadounidense Donald Trump presionó a Hamás para que liberara a todos los rehenes, advirtiendo de consecuencias graves si no se cumplían los plazos establecidos.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reiteró que las tropas en Gaza están listas para actuar en caso de que la tregua se rompa. Mientras tanto, Hamás insiste en que Israel debe reanudar las negociaciones con los mediadores internacionales para avanzar hacia la segunda fase del acuerdo, programada para el 1 de marzo.
El futuro incierto de la tregua
Este intercambio subraya la fragilidad del proceso de paz y la complejidad del conflicto en Gaza. Aunque el sexto canje se completó sin incidentes graves, las tensiones políticas y militares persisten, dejando en duda la viabilidad de una solución duradera.
Mientras tanto, la comunidad internacional sigue observando de cerca los desarrollos, con la esperanza de que ambas partes puedan mantener la tregua y avanzar hacia un diálogo que permita reducir la violencia y mejorar las condiciones humanitarias en la región.
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