En un acto político sin precedentes, el nuevo Ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, Cho Hyun, ha utilizado su discurso de investidura para pedir disculpas públicas por la diplomacia del gobierno anterior, calificándola de «politizada» y de seguir «enfoques binarios», y anunciando un drástico y controvertido giro hacia la reanudación del diálogo con Corea del Norte.
La diplomacia suele ser un mundo de matices, de cambios graduales y de mensajes cuidadosamente calibrados. Sin embargo, lo que ha ocurrido en Seúl es una ruptura abrupta y total con el pasado. El nuevo canciller, Cho Hyun, no ha presentado una simple evolución de la política exterior, sino una repudiación pública y directa del legado de su predecesor, el conservador Yoon Suk Yeol.
Su discurso de inauguración no fue una formalidad, sino una declaración de intenciones que ha enviado ondas de choque a Pyongyang, Washington y Pekín. La disculpa pública por la gestión anterior es un movimiento extraordinariamente raro en la política internacional, diseñado para señalar que las viejas reglas han sido desechadas.
Una disculpa como herramienta diplomática
El canciller Cho Hyun fue explícito en su crítica, enumerando lo que consideró errores de la administración anterior :
- Diplomacia «politizada»: Acusó al gobierno de Yoon de utilizar la política exterior para fines políticos internos.
- «Enfoques binarios»: Criticó una visión del mundo en blanco y negro que no servía al interés nacional pragmático.
- Errores específicos: Mencionó la demanda del Ministerio de Exteriores contra un medio de comunicación (MBC) y la fallida candidatura para la Expo, calificándolos de acciones equivocadas.
«En nombre del Ministerio de Asuntos Exteriores, pido sinceras disculpas al público por el hecho de que el Ministerio no haya estado a la altura de las expectativas del pueblo durante todo este proceso.» – Cho Hyun, Ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Sur.
El objetivo de esta autocrítica pública es claro: enviar una señal inequívoca a Corea del Norte de que la puerta al diálogo, que había estado cerrada bajo una política de línea dura, ahora está abierta de par en par. «Debemos aliviar las tensiones en la península de Corea y crear un camino para el diálogo con Corea del Norte en estrecha coordinación con EE.UU.», afirmó Cho.
La alianza con EE.UU. en una posición incómoda
Si bien el nuevo canciller mencionó la coordinación con Estados Unidos, este giro unilateral hacia el diálogo pone a Washington en una posición extremadamente delicada. La política de la Casa Blanca, junto con la del anterior gobierno surcoreano, se había centrado en una estrategia de «máxima presión» y sanciones para forzar a Pyongyang a desnuclearizarse.
El repentino cambio de rumbo de Seúl amenaza con socavar toda esa estrategia. Surgen preguntas críticas sobre el futuro de la alianza:
- ¿Fue consultado Washington? La naturaleza pública y abrupta del anuncio sugiere que la coordinación previa pudo haber sido limitada.
- ¿Cómo responderá EE.UU.? Una Casa Blanca comprometida con la presión sobre Corea del Norte podría ver la iniciativa de Seúl como un debilitamiento de la postura unificada.
- ¿Seúl busca más autonomía? Este movimiento podría interpretarse como una señal de que Corea del Sur está dispuesta a trazar una política exterior más independiente, buscando un equilibrio entre su alianza con Washington y su relación con China, que aboga por el diálogo.
El asesor de seguridad nacional de Corea del Sur ha viajado a Washington para intentar negociar un «paquete completo» que abarque desde los aranceles hasta la seguridad. Sin embargo, la nueva política exterior de Seúl añade una capa de complejidad a estas negociaciones.
El audaz movimiento del canciller Cho Hyun puede ser un intento genuino de romper el estancamiento y traer la paz a la península, pero también arriesga generar fricciones significativas con su aliado más importante, demostrando que en la geopolítica de Asia, cada decisión tiene consecuencias imprevistas.


TE PODRÍA INTERESAR