El presidente de Colombia, Gustavo Petro, encendió un nuevo frente diplomático al acusar al gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, de cometer “ejecuciones extrajudiciales” durante operaciones contra presuntas embarcaciones dedicadas al narcotráfico en el Caribe y el océano Pacífico.
Durante una conferencia de prensa en Bogotá, Petro afirmó que las recientes maniobras militares estadounidenses han provocado la muerte de 37 personas, sin que medie proceso judicial alguno. “En este tipo de maniobras, que nosotros creemos que rompen el derecho internacional, Estados Unidos está cometiendo ejecuciones extrajudiciales”, expresó el mandatario.
Colombia pide respeto al Derecho Internacional
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia también se pronunció, condenando los ataques contra supuestas narcolanchas y exhortando a Washington a cesar las agresiones y retomar el diálogo diplomático.
La Cancillería subrayó que este tipo de acciones “deben ajustarse a las normas internacionales” y urgió a la Casa Blanca a adoptar estrategias conjuntas y efectivas para combatir el narcotráfico sin vulnerar derechos humanos ni la soberanía regional.
“Colombia hace un llamado a la Administración Trump a respetar el Derecho Internacional y a actuar conforme a los canales diplomáticos”, expresó el comunicado oficial.
El despliegue estadounidense en el Pacífico y el Caribe
Desde agosto, Estados Unidos desplegó una flotilla de destructores, un submarino y barcos con fuerzas especiales con el propósito de interceptar cargamentos de drogas.
De acuerdo con informes del Pentágono, las fuerzas estadounidenses han neutralizado múltiples embarcaciones y difundido videos de las explosiones y restos calcinados de los botes atacados.
Sin embargo, la falta de claridad sobre quiénes tripulaban esas embarcaciones y si existía vínculo comprobado con el narcotráfico ha desatado críticas internacionales por la posible extralimitación militar.
Tensiones diplomáticas y repercusiones regionales
El pronunciamiento de Petro se suma a una creciente lista de cuestionamientos latinoamericanos hacia las políticas de seguridad estadounidenses en la región.
Expertos advierten que este nuevo episodio podría tensar las relaciones bilaterales entre Bogotá y Washington, justo cuando ambos países buscan reforzar su cooperación antidrogas bajo un marco de respeto mutuo.
Analistas en derecho internacional también señalan que, de confirmarse las denuncias de Petro, Estados Unidos podría enfrentar acusaciones ante organismos multilaterales por violaciones a los derechos humanos y uso desproporcionado de la fuerza.
La denuncia de Gustavo Petro no solo expone un choque diplomático entre Colombia y Estados Unidos, sino que también reaviva el debate global sobre los límites éticos de la lucha antidrogas y el respeto al derecho internacional humanitario.
Mientras la comunidad internacional exige explicaciones, la tensión sigue creciendo en las aguas del Caribe y el Pacífico, donde la línea entre seguridad y violación de derechos humanos se torna cada vez más difusa.


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