El expresidente de Perú, Pedro Castillo Terrones, reapareció públicamente a través de su cuenta de X (antes Twitter) este viernes, para lanzar un mensaje crítico contra los sectores políticos que —según él— impulsaron y sostuvieron el gobierno de Dina Boluarte, a quien calificó nuevamente como “usurpadora” y “presidenta de facto”. En su publicación, el exmandatario acusó a estos grupos de actuar con hipocresía y oportunismo político, luego de que el Congreso peruano abriera la posibilidad de evaluar la destitución de Boluarte en medio de una crisis de gobernabilidad.

“Hoy, la hipocresía de los golpistas que llevaron a Dina Boluarte al poder, viendo que el final y la justicia terminarán por cercarlos, quieren borrar sus huellas del escenario de la dictadura. El fujicerronismo y la DBA, en su afán de buscar votos y garantizar el fraude electoral, exhiben su desesperación por aparecer, convenientemente, lo más lejos posible de la usurpadora”, escribió Castillo, actualmente recluido en el penal de Barbadillo, en Lima.

Un nuevo ataque político desde prisión

Pedro Castillo fue destituido en diciembre de 2022 tras intentar disolver el Congreso y convocar a un gobierno de excepción, acción que fue considerada un intento de golpe de Estado. Desde entonces, enfrenta procesos judiciales por rebelión y corrupción, mientras la vicepresidenta de aquel entonces, Dina Boluarte, asumió el mando presidencial con el respaldo de las Fuerzas Armadas y del Parlamento.

En su reciente mensaje, Castillo acusó a los mismos grupos políticos que lo destituyeron de intentar deslindarse de Boluarte ahora que la mandataria enfrenta un severo desgaste político y social. De acuerdo con el exmandatario, quienes promovieron su salida del poder son los mismos que hoy buscan “borrar sus huellas del escenario de la dictadura” ante el repudio popular y las investigaciones abiertas contra el gobierno.

El exprofesor rural, símbolo de un sector del electorado andino y campesino, continúa reivindicando su figura como representante del pueblo y denuncia su destitución como parte de una conspiración de las élites políticas y económicas del país.

Críticas a Boluarte y al “fujicerronismo”

Castillo utilizó el término “fujicerronismo” para referirse a lo que considera una alianza tácita entre el fujimorismo y el cerronismo, dos corrientes políticas antagónicas en teoría, pero que —según él— coincidieron en mantener el actual statu quo tras su caída.

La DBA, siglas usadas en redes sociales por simpatizantes de izquierda para referirse a la “derecha bruta y achorada”, fue otro blanco de sus críticas. Castillo acusó a estos sectores de sostener a Boluarte mientras les fue conveniente, y de abandonarla ahora que su legitimidad se encuentra en crisis.

Desde su prisión preventiva, el exmandatario mantiene comunicación constante con sus seguidores a través de mensajes publicados por sus abogados o simpatizantes, insistiendo en su inocencia y en la necesidad de “restaurar el gobierno del pueblo”.

En su publicación más reciente, agregó: “La vacancia o renuncia de la usurpadora siempre fue una exigencia popular, y durante esos esfuerzos los hijos del pueblo derramaron su sangre y perdieron la vida por orden de un gobierno de facto”.

Contexto político y crisis de legitimidad

El gobierno de Dina Boluarte enfrenta desde su inicio fuertes cuestionamientos por el uso excesivo de la fuerza durante las protestas que siguieron a la destitución de Castillo, en las que más de 60 personas perdieron la vida, según informes de organismos de derechos humanos.

A pesar de los esfuerzos del Ejecutivo por estabilizar el país, la presidenta ha visto erosionada su aprobación popular, que se mantiene por debajo del 15%, de acuerdo con encuestas recientes. Además, el Congreso discute nuevas mociones de vacancia en su contra, y los partidos políticos se preparan para un nuevo ciclo electoral marcado por la desconfianza ciudadana y la polarización.

Analistas señalan que las declaraciones de Castillo buscan reavivar su presencia política y reforzar su narrativa de persecución, mientras sus simpatizantes continúan movilizándose en regiones del sur andino, donde mantiene apoyo social significativo.

Llamado a la movilización popular

En la parte final de su mensaje, Pedro Castillo hizo un llamado a los pueblos del Perú a no rendirse y continuar con las movilizaciones sociales para “recuperar el gobierno que el pueblo me encomendó”.

“La movilización social es, históricamente, la fuente de la victoria para recuperar y restituir el gobierno del pueblo que se me encomendó. ¡Solo el pueblo salva al pueblo!”, concluyó.

El pronunciamiento ocurre en un momento en que las tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo se recrudecen, mientras persisten los reclamos por una nueva Asamblea Constituyente y por la renuncia de Boluarte.

Una figura que sigue dividiendo al país

A casi dos años de su destitución, Pedro Castillo sigue siendo una figura profundamente polarizante. Para unos, representa el fracaso de un proyecto populista e improvisado; para otros, un símbolo de resistencia frente al sistema político tradicional.

Sus mensajes continúan generando reacciones tanto de apoyo como de rechazo. Mientras sus seguidores lo consideran víctima de un golpe de Estado, sus detractores lo acusan de haber intentado quebrar el orden constitucional.

Lo cierto es que, incluso desde prisión, Castillo mantiene su capacidad de marcar la agenda política y de reflejar las fracturas sociales que siguen afectando a Perú, un país donde la crisis institucional y la desconfianza en las élites continúan siendo la norma.