En Jerusalén, ante las piedras milenarias del Muro de los Lamentos, el primer ministro Benjamin Netanyahu y el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, sellaron un gesto político cargado de simbolismo.
Netanyahu afirmó que la relación entre Israel y Estados Unidos es “tan fuerte y duradera como las piedras del Muro”. Rubio, acompañado por el enviado estadounidense Mike Huckabee, oró junto al premier israelí en lo que ambos calificaron como una señal de amistad inquebrantable.
La alianza en tiempos de guerra
La visita ocurre en un momento crítico: la ofensiva militar israelí sobre la Franja de Gaza se intensifica, mientras en la ONU se aproxima un debate clave sobre el reconocimiento del Estado palestino.
Netanyahu aprovechó para reiterar que los líderes de Hamas en Qatar bloquean cualquier intento de alto al fuego y que “deshacerse de ellos” sería la clave para terminar la guerra.
Marco Rubio: apoyo y matices diplomáticos
Rubio buscó enviar un mensaje de respaldo, pero también de moderación.
Antes de volar a Israel, señaló que el ataque en Doha “no cambia la naturaleza de nuestra relación con Israel, pero debemos hablar de su impacto”.
El secretario de Estado insistió en que la alianza con Israel sigue firme, aunque reconoció que el presidente Donald Trump no estaba conforme con la operación israelí en Qatar.
Tensiones y diplomacia paralela
En Washington, Trump sostuvo una reunión con el primer ministro qatarí para evaluar las consecuencias de la ofensiva israelí. Sin embargo, Rubio minimizó la tensión y aseguró que la prioridad de su visita es dialogar sobre el futuro de Gaza y la posibilidad de un alto al fuego.
La visita también incluyó homenajes, como la ceremonia en memoria de Charlie Kirk, activista conservador asesinado en Utah, y la inauguración de un túnel turístico en el barrio Silwan de Jerusalén.
Netanyahu, firme contra Hamas
A través de un mensaje en X, Netanyahu advirtió: “Los jefes terroristas de Hamas que viven en Qatar no se preocupan por la gente en Gaza”.
Según él, eliminarlos es el paso necesario para liberar a los rehenes y poner fin a la guerra.
Con Rubio a su lado, el premier israelí quiso mostrar que, pese a las diferencias, Estados Unidos sigue siendo su aliado más sólido en Medio Oriente.
Una alianza puesta a prueba
La visita de Rubio, en medio de críticas internacionales por la crisis humanitaria en Gaza, confirma que la relación Israel-EE.UU. trasciende gobiernos y momentos de tensión.
Para Netanyahu, es la oportunidad de reafirmar que Israel no está solo, mientras que para Rubio significa consolidar la imagen de un socio estratégico, aunque con matices frente a Trump y la comunidad internacional.
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