En la ciudad portuaria de Tianjin, China, el primer ministro indio Narendra Modi y el presidente ruso Vladímir Putin se reunieron al margen de la Organización de Cooperación de Shanghái. Aunque el ambiente internacional está marcado por tensiones y sanciones, ambos líderes proyectaron cercanía, calificando su relación como una “asociación especial y privilegiada”.
La reunión sirvió como antesala a un nuevo encuentro en Nueva Delhi en diciembre, donde se celebrará la 23ª cumbre anual India-Rusia.
Storytelling: una relación forjada en la historia
Desde la Guerra Fría, India y Rusia han mantenido un vínculo sólido. Para muchos en Nueva Delhi, Moscú representa un socio fiable en tiempos de turbulencia.
Durante la cumbre, Modi enfatizó que la paz es una prioridad global: “Para terminar el conflicto lo antes posible y establecer la paz de manera permanente, necesitamos encontrar una solución”.
Putin, por su parte, se refirió a Modi como un “querido amigo”, reflejando la confianza mutua que guía esta relación.
La energía como columna vertebral del comercio
El petróleo fue uno de los ejes centrales de la conversación. India, tercer importador mundial de crudo, ha encontrado en Rusia un proveedor clave tras los descuentos que ofrece Moscú desde que Occidente cerró sus mercados.
Hoy, el 37% de las importaciones indias de petróleo provienen de Rusia, lo que ha disparado el comercio bilateral a un récord de 68.700 millones de dólares en 2024-25. El objetivo es claro: alcanzar los 100.000 millones en 2030.
Tensiones con Estados Unidos y los aranceles de Trump
El encuentro ocurre en un momento de fricción con Washington. La administración de Donald Trump elevó al 50% los aranceles a productos indios, en represalia por la compra de petróleo ruso.
Estados Unidos ha advertido a Nueva Delhi que estas importaciones financian en parte la guerra en Ucrania. Sin embargo, India argumenta que necesita asegurar energía asequible para sus 1.400 millones de habitantes.
Estrategia de autonomía: “el pastel ruso y el pastel americano”
Expertos como Sreeram Sundar Chaulia destacan que India busca mantener su autonomía estratégica: no se trata de elegir entre Washington o Moscú, sino de convivir con ambos.
La apuesta india es clara: reforzar su alianza con Rusia en energía y defensa, sin cerrar la puerta a Estados Unidos como socio tecnológico y comercial.
Un delicado equilibrio diplomático
La reunión entre Modi y Putin en China es más que un gesto simbólico: es la confirmación de que India seguirá caminando en una línea diplomática propia, donde la cooperación energética con Rusia convive con las tensiones comerciales con Estados Unidos.
El próximo encuentro en Nueva Delhi será crucial para medir hasta dónde puede llegar esta alianza estratégica en un mundo cada vez más polarizado.


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