Bajo un cielo azul y el eco de la música, más de 7.000 personas se reunieron en Pécs, Hungría, para celebrar una marcha del Orgullo LGTBQ que el gobierno intentó prohibir. El evento, transformado en una “concentración contra la superpoblación de animales salvajes” para evadir la censura, se convirtió en un símbolo de resistencia civil y defensa de los derechos humanos.
“Esta manifestación ya no solo concierne a la comunidad LGTBQ, sino a nuestras libertades fundamentales”, explicó Bence Toth, estudiante de 18 años, mientras ondeaba una bandera arcoíris.
El simbolismo de una marcha prohibida
El recorrido fue idéntico al planeado originalmente para la Pécs Pride, suspendida por orden policial el 6 de septiembre y ratificada por el Tribunal Supremo días después. Pero lo que parecía una victoria del autoritarismo se transformó en una demostración de unidad.
Profesores, estudiantes, familias y activistas marcharon codo a codo.
“Muchos de mis alumnos son parte de esta comunidad. No entiendo por qué debería prohibirse su expresión”, expresó Edit Sinko, psicóloga y docente.
La jornada se convirtió en una metáfora de resistencia frente a las políticas del primer ministro Viktor Orban, cuyo gobierno ultraconservador ha endurecido las restricciones contra la comunidad LGTBQ bajo el pretexto de “proteger la infancia”.
Leyes que restringen la libertad en Hungría
Desde 2021, Hungría ha sido señalada por la Unión Europea por sus leyes que censuran contenidos sobre diversidad sexual y limitan la organización de eventos públicos. En marzo, se aprobó una norma que prohíbe manifestaciones vinculadas a “temas sensibles para menores”.
Esta política ha sido criticada por Amnistía Internacional y Human Rights Watch, que la califican como una “violación directa de los derechos humanos y la libertad de expresión”.
Sin embargo, los ciudadanos parecen decididos a desafiarla. En junio, más de 200.000 personas marcharon en Budapest en una de las mayores manifestaciones de la década, demostrando que el movimiento por la igualdad sigue más vivo que nunca.
Un mensaje que trasciende fronteras
Lo ocurrido en Pécs no solo es un desafío al poder, sino un recordatorio de que la lucha por la dignidad y la libertad no se apaga. Desde América Latina hasta Europa del Este, las marchas del Orgullo se han convertido en símbolos globales de resistencia pacífica.
Cada paso dado en las calles de Hungría fue un acto de valentía frente al miedo, y una señal de esperanza para quienes aún creen en un futuro sin censura.
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