El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró que su gobierno está dispuesto a dialogar con Estados Unidos, incluso bajo una eventual presidencia de Donald Trump, pero dejó claro que las negociaciones solo serán posibles si se respeta la soberanía brasileña y hay condiciones de igualdad.
Durante su participación en el Encuentro Nacional del Partido de los Trabajadores (PT), Lula afirmó que el país sudamericano mantendrá abiertos los canales diplomáticos, aunque sin ceder a presiones políticas ni económicas.
“Queremos negociar. Queremos negociar en igualdad de condiciones”, dijo Lula el domingo. “Apoyaremos a nuestras empresas, defenderemos a nuestros trabajadores y les diremos: ‘Miren, cuando estén listos para negociar, nuestras propuestas estarán sobre la mesa’”, agregó.
En medio de una creciente tensión comercial
Las declaraciones del mandatario ocurren días después de que Estados Unidos anunciara nuevos aranceles del 50% a las importaciones provenientes de Brasil, que entrarán en vigor el 6 de agosto.
Aunque algunos sectores como el jugo de naranja, celulosa, la industria aeroespacial, minerales e hidrocarburos quedaron exentos, el impacto económico en el comercio bilateral es evidente.
Desde la Casa Blanca, Trump declaró al medio brasileño Globo que Lula “puede llamarme cuando quiera”, abriendo la puerta al diálogo, aunque sin mostrar intenciones claras de suavizar las medidas.
Brasil no cederá a presiones
Lula reiteró que no aceptará imposiciones de Washington y destacó que la representación diplomática encabezada por el canciller Mauro Vieira y el vicepresidente Geraldo Alckmin ha mantenido conversaciones con funcionarios estadounidenses en busca de una salida negociada.
Este posicionamiento se da en paralelo a tensiones comerciales con otros países. En Canadá, el primer ministro Mark Carney prevé conversar con Trump por los nuevos aranceles del 35% a productos fuera del T-MEC. Mientras tanto, en Suiza, el gobierno prepara una respuesta urgente tras la imposición de tarifas de hasta 39%, ante el riesgo de una recesión y miles de empleos en peligro.


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