En Estambul, el eco de una demanda histórica volvió a resonar con fuerza: Gaza debe ser gobernada por palestinos, sin tutela extranjera.
Siete países musulmanes —Turquía, Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Pakistán e Indonesia— se reunieron este lunes para definir una postura común sobre el futuro del enclave palestino.
“El pueblo palestino debe gobernarse y garantizar su propia seguridad”, afirmó el canciller turco Hakan Fidan, anfitrión de la cumbre, dejando claro que ninguna fuerza externa debe intervenir en la reconstrucción ni en la seguridad del territorio.
Gaza, símbolo de resistencia y reconstrucción
A más de un mes del alto al fuego, los países participantes coincidieron en la urgencia de reconstruir Gaza y facilitar el retorno de los desplazados, sin imponer estructuras de poder que limiten la soberanía palestina.
El ministro turco subrayó la importancia de la reconciliación entre Hamas y la Autoridad Palestina, pues solo una representación unificada podría fortalecer su posición en la comunidad internacional.
Mientras tanto, el presidente Recep Tayyip Erdogan criticó la postura “mediocre” de Israel durante el cese al fuego y pidió a la Liga Árabe y a la Organización de Cooperación Islámica (OCI) asumir un papel activo en la ayuda humanitaria y la reconstrucción del enclave.
Rechazo a una fuerza internacional de estabilización
Uno de los puntos más debatidos fue la posible creación de una fuerza internacional de estabilización en Gaza, propuesta respaldada por Estados Unidos.
Aunque Turquía expresó su interés en participar, Israel ha rechazado su inclusión, argumentando que Ankara mantiene vínculos cercanos con Hamas.
El canciller israelí Gideon Saar aclaró que solo países considerados “imparciales” podrán formar parte de la fuerza multinacional. Sin embargo, los países musulmanes presentes insistieron en que ninguna intervención externa garantizará la paz si no se respeta la soberanía palestina.
El trasfondo diplomático: del plan de Trump a la tregua actual
Los siete países que participaron en la cumbre ya habían sostenido encuentros previos con el expresidente estadounidense Donald Trump en la Asamblea General de la ONU.
En ese entonces, discutieron el plan de paz estadounidense, que incluía la participación de tropas árabes en la administración temporal de Gaza tras una eventual retirada israelí.
Sin embargo, los ministros musulmanes recalcaron en Estambul que el contexto actual exige una solución liderada por los propios palestinos, no impuesta desde el exterior.
Esperanza entre la tensión
A pesar de las diferencias diplomáticas, el mensaje común fue claro: la estabilidad en Gaza solo será posible cuando el pueblo palestino decida su destino.
Erdogan cerró el encuentro con un llamado a la acción: “La reconstrucción de Gaza debe comenzar ya, con ayuda humanitaria masiva y sin condiciones políticas”.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención cómo los países musulmanes intentan redefinir el futuro de una región marcada por décadas de conflicto, desconfianza y promesas incumplidas.


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