Aprovechando la intensa ola de calor que azota a Francia, la líder de la ultraderecha, Marine Le Pen, ha lanzado un ataque político contra el gobierno, acusándolo de forzar al pueblo a sufrir mientras las «élites» disfrutan de aire acondicionado y exigiendo un «gran plan nacional de equipamiento».
Mientras Francia y gran parte de Europa se sofocan bajo una ola de calor sin precedentes para esta época del año, con temperaturas que superan los 40°C en algunas zonas, la líder de la ultraderecha, Marine Le Pen, ha encontrado una nueva arma política: el aire acondicionado.
En una publicación en la red social X, Le Pen ha convertido la falta de climatización en un tema de lucha de clases, acusando al gobierno de Emmanuel Macron de hipocresía y de abandonar a los ciudadanos de a pie.
«Ya es hora de que Francia ponga en marcha un gran plan de equipamiento de aire acondicionado», declaró Le Pen, acusando al gobierno de forzar a la gente común a sufrir el calor mientras las «llamadas élites francesas» se benefician del aire acondicionado.
Politizando el Clima
La intervención de Le Pen se produce mientras el gobierno francés ha puesto a 84 departamentos del país en alerta por la ola de calor, una medida sin precedentes.[26] Su estrategia es clara: capitalizar el malestar generalizado causado por las altas temperaturas para reforzar su narrativa populista de una élite desconectada que impone sacrificios al pueblo.
Este movimiento politiza directamente los efectos del cambio climático, un tema que tradicionalmente ha sido dominado por los partidos ecologistas y de izquierda. Al enmarcar el acceso al aire acondicionado como una cuestión de justicia social en lugar de un problema medioambiental, Le Pen intenta atraer a un electorado frustrado por el aumento del costo de vida y las incomodidades del verano.
La táctica no está exenta de controversia. Los críticos señalan la ironía de que un plan masivo de aire acondicionado aumentaría drásticamente el consumo de energía, contribuyendo aún más al cambio climático que causa las olas de calor. Sin embargo, en el corto plazo, el mensaje de Le Pen resuena con la experiencia inmediata de millones de franceses que luchan por mantenerse frescos, convirtiendo un fenómeno meteorológico en un potente punto de inflamación política.


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